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FORO CUBANO Vol 4, No. 37 – TEMA: DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES EN CONTEXTOS AUTORITARIOS–

“Mientras él provee, ella se encarga del cuidado”: Mujeres y trabajo no remunerado en Cuba

Por: Lina María Muñoz
Octubre 2021

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La división sexual del trabajo, según la cual las mujeres desempeñan oficios domésticos y de cuidado, mientras los hombres realizan trabajos remunerados, es una realidad aún presente. La autora destaca el caso de Cuba en donde este es un fenómeno cercano pero invisible, pues se encuentra bajo un ideario que lo ha normalizado y perpetuado.

El panorama laboral de las mujeres en Cuba está marcado por relatos e historias que han enaltecido la labor del régimen en este ámbito. En efecto, desde la llegada de la Revolución hace más de 60 años, se ha promulgado un discurso emancipador, en donde se resalta cómo los hombres revolucionarios no sólo liberaron a un pueblo, sino que además rompieron las cadenas que ataban a las mujeres (Sánchez, 2019). Sin embargo, detrás de toda esta mística que ha dicho pretender empoderar y abogar por las mujeres en todo aspecto, se ha escondido todo un mecanismo que potencia el poder del régimen sobre estas. En este sentido, organizaciones como la Federación de Mujeres Cubanas fundada en 1960, cuya labor se ha “centrado” en desarrollar políticas en pro de la igualdad de los derechos de las mujeres en todo ámbito de su vida, no han sido más que un mecanismo con el que, mientras se promueve la imagen de una mujer con oportunidades, también se impone un discurso ideológico que busca conformar el prototipo de mujer revolucionaria: dócil y que anteponga “intereses de tipo político e ideológico por delante de sus verdaderos intereses de género” (Sánchez, 2019).

 

En el día a día de las mujeres la cuestión laboral se contrapone a la noción que ha construido el régimen a lo largo de los años, puesto que la idea de que estas deben dedicarse a las tareas de cuidado y del hogar sigue siendo un factor arraigado, de hecho, de manera más explícita “(...) es desde la naturalización de las actividades que tienen que hacer las mujeres en los hogares y los hombres fuera de casa (...) él como proveedor de recursos y ella como productora de cuidados, que se comprende con más claridad este fenómeno” (Redacción SEMlac, 2019). Lo anterior, se puede exponer de manera más clara mediante datos puntuales, con ello, según la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (2016), se logró evidenciar que en Cuba los hombres dedican al trabajo remunerado un promedio de 34,26 horas por semana mientras que las mujeres le dedican unas 22,06 horas en promedio. Esto, deja prever que, “(...) aún en condiciones de participación en la actividad económica, las mujeres mantienen la carga doméstica” (ENIG, 2016). A su vez, se logró identificar que las actividades que más tiempo realizan estas son la preparación y servicio de comida, lo relacionado a la limpieza e higiene de la vivienda, así como las tareas de lavado y planchado de ropa.

 

Con lo anterior, es preciso enfatizar que dicho fenómeno no es algo coyuntural ni algo exclusivo de Cuba, pues la noción que identifica a las mujeres como cuidadoras del hogar es una construcción dominante en el mundo, sin embargo, para el caso de Cuba se tiene que “(...) las familias cubanas siguen reproduciendo hoy en la crianza de hijas e hijos la división sexual del trabajo al interior del hogar que aprendieron de las generaciones anteriores” (IPS Cuba, 2019). En este sentido, el hecho de que las mujeres tengan una menor participación en el trabajo remunerado es una cuestión que se puede presagiar desde la infancia de estas, pues dicho imaginario funciona como una suerte de herencia generacional que parece difícil de transformar. De hecho, trayendo a colación una vez más la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (2016), “(...) más del 45% de los hombres y del 30% de las mujeres afirman que las hijas y otras mujeres que comparten el hogar participan en tareas domésticas (...) Solo 4% de las personas encuestadas reconocieron la participación de hijos y otros hombres”. La construcción de dicho imaginario desde la infancia es algo claro, con ello, el escenario a futuro está prácticamente definido: la mujer se dedica tiempo completo al trabajo en casa o tiene que hacer una doble jornada, pues al llegar de su trabajo remunerado debe a continuación, dedicarse al doméstico.

 

De lo ya mencionado, lo más preocupante es que dicho trabajo que acarrea no solamente trabajar en el cuidado del hogar sino también de quienes lo habitan como adultos mayores o niños, sigue siendo un hecho cercano pero invisible, es decir, es de conocimiento que en la mayoría de hogares existe una mujer que probablemente se encarga de cuidar, limpiar y hacer los quehaceres en el hogar mientras a su vez cuida de la salud de sus padres, lleva a sus hijos a la escuela y probablemente al tener todo ello en orden sale de su casa para continuar su trabajo en otro lugar en el que de una u otra manera sí se le reconoce su labor con un rédito económico.

 

Ahora, aludiendo específicamente al trabajo remunerado, en la isla “las mujeres representan casi la tercera parte del empleo remunerado, tanto estatal como privado. Antes de 2010, más del 90% de las mujeres trabajaba en el sector estatal” (Abad, 2017). Sin embargo, dicha proporción de mujeres trabajando en el sector estatal se redujo de manera contundente a partir del año 2011 cuando alrededor de 82.000 mujeres abandonaron dicho sector para trabajar por cuenta propia, empero, ello no significó necesariamente que estas se convirtieran en propietarias, lo que se evidencia en que “la mayoría de las mujeres no son dueñas, sino contratadas para prestar servicios por parte de los que tienen el capital, hombres, por lo general” (Abad, 2017). Resulta entonces inquietante que así las mujeres salgan de la esfera estatal, su situación laboral siga estando tan limitada, lo que es aún más inquietante cuando más del 60% de las cubanas se gradúa de carreras universitarias.

 

Trascendiendo de manera somera las fronteras de la isla, el panorama en América Latina no es más alentador, según un reciente informe de la CEPAL en el cual se aborda todo lo relacionado a las brechas de género en el mercado laboral, se resalta cómo la desigualdad de género sigue siendo algo estructural en América Latina y el Caribe y cómo la crisis por la COVID-19 ha profundizado dicha desigualdad en tanto ha representado para las mujeres “una sobrecarga de trabajo no remunerado, de cuidados, pérdida de ingresos y empleos” (CEPAL, 2021). En el caso puntual de Cuba, se tenía que para el año 2016, el 21% de las mujeres se dedicaban a quehaceres domésticos y cuidados no remunerados, sin embargo, para 2021 dicha problemática se ha recrudecido.

 

El trabajo no remunerado en Cuba y en el mundo es una problemática en la que las mujeres son las principales protagonistas. Es un fenómeno cercano y recurrente pero invisibilizado, pues se encuentra bajo un ideario que ha normalizado una suerte de división, en la cual las mujeres han de desempeñar los oficios domésticos y de cuidado mientras los hombres salen a trabajar “de verdad” para traer los recursos económicos. Ahí reside otro problema trascendental y es que las labores que desempeñan las mujeres en casa no suelen ser reconocidas como trabajo per se, lo cual de por sí resulta completamente problemático e ilógico. Calcular el valor económico que detentan las mujeres en casa es un reto, calcular el valor social es un desafío aún mayor. Mientras una mujer se queda en casa trabajando en las labores del hogar sin recibir rédito económico, los hijos estudian y el esposo surge laboralmente, y gran parte de su progreso se debe a que hay alguien que desempeña un trabajo tanto fundamental como pormenorizado: el del hogar. 

Referencias

Abad, I. (2017). En Cuba, la mayoría de mujeres cuentapropistas no son dueñas de sus negocios. Pikara Online Magazine.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2021). Brechas de género en el mercado laboral y los efectos de la crisis sanitaria en la autonomía económica de las mujeres. Recuperado de: https://www.cepal.org/sites/default/files/presentations/presentacion_aguezmes_180121.pdf

 

Oficina Nacional de Estadística e Información. (2016). Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género ENIG-2016 Informe de Resultados. Recuperado de: http://www.onei.gob.cu/node/14271

 

Redacción IPS Cuba. (2019). División sexual del trabajo, un problema desde la infancia en Cuba. Inter Press Service en Cuba.

Redacción SEMlac. (2019). Cuba: Uso del tiempo desvela inequidades entre mujeres y hombres. Ameco Press.

Sánchez, Y. (2019). Entrevista a Yoani Sánchez. Programa Cuba. https://www.programacuba.com/entrevista-a-yoani-sanchez

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