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FORO CUBANO Vol 3, No. 26 – TEMA: EN DEFENSA POR LA DEMOCRACIA –

¿Y los derechos humanos en dónde quedan?

Por: Caroll Cárdenas y Camila Hayek

Noviembre 2020

Vistas

El concepto de democracia se ha discutido, definido y re definido constantemente a lo largo de la historia de la humanidad, desde su antigua concepción con los filósofos griegos, hasta aquellas que han sido más recientes. No obstante, una de las conceptualizaciones más importantes y con mayor aceptación ha sido aquella propuesta por Robert Dahl sobre “poliarquía”. Dicho autor establece 8 requisitos fundamentales para que realmente exista una democracia los cuales son: la libertad de asociación, la libertad de expresión, libertad de voto, elegibilidad para el servicio público, derecho y libertad para que los líderes políticos compitan en busca de apoyo, diversidad de fuentes de información, elecciones libres e imparciales, e instituciones que garanticen que la política del gobierno dependa de los votos y demás formas de expresar las preferencias (Dahl, 1989).

En virtud de lo anterior, uno de los temas más controversiales y debatidos en torno a la democracia ha sido sobre aquellos regímenes que, aunque se proclamen como “democráticos”, su estructura y forma de actuar expresan todo lo contrario al no contar con ellos. Un caso representativo de ello en América Latina ha sido el de Cuba, quien, pese a no haber ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ni el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, y ha violado sistemáticamente cada uno de estos derechos y libertades fundamentales, logró quedar como parte de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos (DDHH) de Naciones Unidas para el periodo 2021-2023.

El 13 de octubre del presente año, 2020, por 170 votos a favor Cuba fue reelegida para ser parte del Consejo de DDHH de la ONU, siendo elegido para ello por quinta vez. Primero, ocupó un escaño en dos periodos consecutivos hasta el año 2012, y posteriormente obtuvo otros dos periodos consecutivos entre los años 2014-2016 y 2017-2019. Es importante destacar que este Consejo fue creado el 15 de marzo del 2006, con la ratificación de la Asamblea General, en reemplazo de la Comisión de Derechos Humanos como solución a las distintas falencias que presentaba, las cuales, sin embargo, no se solucionaron con esta nueva institución.

Según Borda y Poveda (2020), el Consejo de DDHH ha sido criticado por los mismos errores que prometió corregir de su antecesor. Y es que una de las principales razones para realizar este cambio eran las constantes críticas hacia la Comisión puesto que “debido a los laxos criterios de membresía, año tras año la Comisión se llenaba de déspotas y tiranos buscando controlar la narrativa, blindarse de la crítica internacional sobre sus propios abusos a los derechos humanos y debilitar el trabajo de la Comisión” (Borda y Poveda, 2020, 3m50s). Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, fue uno de sus principales críticos expresando que para él el sistema de elección de los miembros se había convertido en un lugar de refugio para aquellos países con un historial muy cuestionable en materia de derechos humanos como Cuba, China, Rusia, Arabia Saudita, Libia, entre otros. De esta forma, identifica dos estrategias de sabotaje: la primera, era un “pacto de silencio” entre los gobiernos abusivos, quienes formaban alianzas para evitar que la Comisión se pronunciara frente a sus injusticias, y la segunda, era el hecho de que habían convertido como práctica frecuente el desacato a las pocas herramientas de rendición de cuentas que tenía la Comisión.

Es por esto que, en 2005, Kofi Anan, Secretario General de la ONU decide presentar un proyecto para reemplazar dicha Comisión por el Consejo. Luego de múltiples debates en el año 2006 la Asamblea General ratifica la propuesta, pero lo que se creó era muy distinto a lo que se planteó en el principio, ya que pasó de tener 53 miembros a 47, y aunque ahora eran escogidos por la Asamblea y no el Consejo Económico y Social seguía siendo por mayoría absoluta y no por 2/3 de la votación. Así, la preocupación de muchos que estos cambios fueran solo “superficiales” se fue materializando con la primera elección de los miembros, en la cual vuelven a quedar gran parte de estos países violadores de derechos humanos.

En su momento algunas personas como Katherine Short (2008) expresaron que, si se diseñaba una membresía muy pequeña y con estrictos criterios de selección, se debilitaría la defensa de la universalidad que promueve la ONU y que está detrás de la promoción de los DDHH, por lo que era mejor tener a los países violadores de derechos humanos como miembros del Consejo, que aislarlos de la Comunidad Internacional. Así, podía haber “un espacio intermedio” en el que los países respetuosos de derechos humanos pudieran convencer a los otros de que promover y respetar esas normas es algo que vale la pena (Borda y Poveda, 2020).  Sin embargo, pese a ese optimismo en su momento del poder de convencimiento de dichos países dentro del Consejo y así ir solucionando las falencias que presentaba su antecesor, esto no sucedió y aquellas prácticas saboteadoras continuaron.

De acuerdo con un reporte realizado por CADAL, durante los años que Cuba ha sido parte del Consejo de DDHH se encontró que 74 veces emitió su voto en contra de que se aprueben resoluciones sobre la situación de violación a los derechos humanos en un país cometidos tanto por sus gobiernos como por grupos armados, acompañada por China con 73 veces, Rusia y Venezuela con 42, Burundi con 25, entre otros (Infobae, 2020). Entre algunos de estos casos se encuentran votaciones sobre Venezuela, Nicaragua, Irán, Ucrania, Filipinas, Brunéi, Sri Lanka, Yemen, Burundi y Eritrea, lo que demuestra que el actuar de estos países violadores de derechos humanos sigue continuando al cubrirse entre sí sus faltas y seguir evitando el pronunciamiento de la Comunidad Internacional frente a sus acciones.  

Es por esto que la reelección de Cuba al Consejo causa gran indignación tanto al interior como fuera del país, lo cual se ve reflejado en el comunicado que emitieron que 85 organizaciones cubanas e internacionales de derechos humanos y libertad de expresión, junto con medios independientes, expresando su preocupación frente a tal decisión,  expresando que “Esto no sólo recompensa el pobre historial de Cuba en materia de derechos humanos, sino que también socava la integridad del Consejo para responsabilizar a los gobiernos abusivos por sus acciones en la región y en todo el mundo” (Freedom House, 2020). Y es que de acuerdo con Freedom House, en el informe “Libertad en el Mundo 2020”, en lo correspondiente a libertades civiles y políticas Cuba obtuvo 14 puntos de 100, siendo la puntuación más baja en América Latina. Además de esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe de 2020 identificó un patrón común en el uso de la detención arbitraria como método de hostigamiento empleado por la policía y agentes de la Seguridad del Estado (Freedom House, 2020), las cuales han sido muy persistentes hasta ahora, siendo una de las más recientes la del cantante Denis Solís, quien fue enviado a la cárcel el pasado 9 de noviembre.

El pasado 9 de noviembre, Solís es capturado y sentenciado a 8 meses de prisión por “Desacato” sin derecho al debido proceso, teniendo como sustento un video que grabo un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria en el cual se observaba al músico insultarle, aunque dicha grabación se dio en marco de una intromisión ilegal al domicilio del músico al no contar con alguna orden judicial ni explicación el 6 de noviembre (ADN CUBA, 2020). De esta forma, los colegas de Solís del Movimiento San Isidro deciden exigir justicia reclamando el proceso indebido al que fue sometido al comenzar una huelga de hambre algunos, y de hambre y sed otros, porque los Agentes del Estado y la Policía rodearon las inmediaciones de la casa impidiendo que llegaran provisiones desde fuera. Además de esto, las 14 personas que se encontraban dentro del lugar fueron obligadas a salir por la Fuerza, y aunque horas después todos fueron puestos en libertad, durante la madrugada del 27 de noviembre dos de ellos volvieron a ser detenidos (Jiménez, 2020).

De esta manera, de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente se pueden concluir que el reemplazo de la Comisión de DDHH por el Consejo no ha sido más que un cambio superficial, ya que aquellas falencias que presentaba siguen estando presentes en esta nueva institución. Aunque la presencia de los países dictatoriales y violadores de derechos humanos haya sido avocada por algunos como necesaria, el accionar de cada uno de ellos tanto dentro del mismo como en sus países es muestra que, en vez de ser un progreso en materia de promoción de los mismos, representa su socavación. Esto debido a que, como lo ha demostrado el gobierno cubano, el ser miembro del Consejo ha permitido que esto se vuelva una fachada para legitimar las injusticias cometidas por el régimen, y para poder seguir perpetrando violaciones de derechos a sus ciudadanos tales como las expuestas anteriormente en el caso del reconocido cantante Denis Solís Gonzáles y las arbitrariedades cometidas a los activistas del Movimiento San Isidro.

Con todo esto, sólo queda mencionar que para que dichos hechos no continúen ocurriendo, la Organización de Naciones Unidas necesita realizar una revisión verdadera en cuanto a los requisitos para elegir a los miembros que integren el Consejo de DDHH, y así poder cumplir con el propósito de estimular el “respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión.”, como bien lo establece en la Carta de las Naciones Unidas.

Referencias

ADN CUBA. (2020). “Jurista Sobre Caso Denis Solís: En Cuba Hay Un Pobre y Distorsionado Estado De Derecho.” ADN Cuba. Recuperado de https://adncuba.com/noticias-de-cuba/actualidad/jurista-sobre-caso-denis-solis-en-cuba-hay-un-pobre-y-distorsionado

Borda, S. & Poveda, D. (29 de mayo de 2020). El Conejo de Derechos Humanos. Buceando en el Naufragio. [Audio en podcast]. Recuperado de https://open.spotify.com/episode/4XiGmkaqml4pSSSFORYsg8?si=lnLbYVeYTUeavAl8VjoXQ

Dahl, R. (1989). La poliarquía. Madrid, España: Tecnos

Freedom House. 2020.“Gran Preocupación Por La Reelección de Cuba Para El Consejo de Derechos Humanos de La ONU.” Freedom House. Recuperado de https:/ freedomhouse.org/es/article/gran-preocupacion-por-la-reeleccion-de-cuba-para-el-consejo-de-derechos-humanos-de-la-onu. Accessed 2 Dec. 2020.

Infobae. (2020). “Cuba, El Principal Cómplice de Dictaduras y Autocracias: Así Votó El Castrismo En El Consejo de Derechos Humanos de La ONU.” Infobae. Recuperado de http://www.infobae.com/america/america-latina/2020/09/02/cuba-el-principal-complice-de-dictaduras-y-autocracias-asi-voto-el-castrismo-en-el-consejo-de-derechos-humanos-de-la-onu/?outputType=amp-type.

Jiménez, A. (27 de noviembre de 2020). Cuba sin artistas. Cuba sin activistas. Cuba en la oscuridad. The Washington Post. Recuperado de: https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/11/27/movimiento-san-isidro-cuba-la-habana-arresto-activistas/

Short, Katherine. (2017) “De La Comisión al Consejo.” Sur - International Journal on Human Rights. Recuperado de: https://sur.conectas.org/es/de-la-comision-al-consejo/

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