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FORO CUBANO Vol 5, No. 46 – TEMA: MAPEANDO LOS CUIDADOS DE LA VEJEZ EN CUBA –

Un mapa para conocer y analizar la distribución de la oferta de servicios de atención y de cuidado para las personas mayores en Cuba

Por: Alejandra Lache

Julio 2022

Vistas

El envejecimiento demográfico consiste en el aumento progresivo de la población mayor de 60 años, con respecto a la población total de un país. Anteriormente, este fenómeno era considerado un índice de desarrollo debido al aumento en la esperanza de vida de los países; sin embargo, en los últimos años se ha evidenciado que según la preparación que tengan los países para afrontar todos los cambios sociales y económicos, se pueden generar diferentes transformaciones y repercusiones en la sociedad. Si bien el envejecimiento poblacional ha sido exitoso en algunos países, el caso de la región de América Latina y el Caribe se caracteriza por la falta de políticas y de recursos económicos para afrontarlo, sumado a que el envejecimiento ha sido acelerado en algunos países como Chile, Cuba y Uruguay.

En Cuba, el envejecimiento poblacional se ha acentuado por diferentes dinámicas poblacionales que ha atravesado el país, como es el aumento en la esperanza de vida, la disminución de la tasa de fecundidad como consecuencia de diferentes políticas de natalidad que tiene el país y las altas tasas de migración de la población cubana han agudizado y acelerado el envejecimiento. A causa de esto, se esperaría que las políticas de cuidado para el bienestar de las personas mayores en Cuba estuvieran priorizadas dentro de los planes estatales del país; pero, por el contrario, existe un déficit de ofertas de servicios de cuidado y asistenciales para esta población, por lo que el cuidado continúa siendo asumido por las familias y principalmente por las mujeres. Como resultado de la ineficiencia y ausencia en cuanto a los servicios y la cobertura de programas que el Estado ofrece para beneficio de las personas mayores, diferentes sectores de la sociedad civil se han organizado para prestar servicios que benefician a la población mayor.

Debido a la necesidad de conocer la oferta de servicios y programas de cuidado y atención para las personas mayores en Cuba, Cuido60 ha creado el Mapa de intervención en la vejez como una herramienta que proporciona información a cuidadores, investigadores, proveedores, familias y personas mayores para que puedan conocer sobre la oferta de estos programas. Esta herramienta permite conectar a diferentes actores de la sociedad que tengan como objetivo conocer qué servicios se prestan, dónde se encuentran estos servicios y quién los provee, para que así puedan acceder a estos, generar publicaciones de ámbito académico, o incluso intervenir en lugares con poca oferta de programas que beneficien a la población mayor.

En el mapa [1] se puede observar que, si bien existe un mayor número de registros de servicios estatales, distribuidos en 3 programas, uno de ellos (el Sistema de Atención a la familia) no es específico para personas mayores, pero se benefician al ser consideradas personas en condición de vulnerabilidad. El mapa muestra la insuficiencia en la oferta de servicios que existen para las personas mayores en el país por parte del Estado, ya que no existe una variedad en los servicios y no todos se prestan de forma integral y/o con enfoque gerontológico. Además, existe una concentración de la oferta de estos programas en determinadas provincias del país como La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba; mientras que existen provincias y municipios que cuentan únicamente con dos o menos registros de servicios estatales como las provincias de Artemisa, Pinar del Río y el municipio de Isla de la Juventud.

Por otro lado, los servicios prestados por organizaciones de la sociedad civil, centros académicos, instituciones religiosas, cuentapropistas, etc., presentan servicios más diversos y específicos para la población. Los más usuales son los que brindan alimentación para las personas mayores, seguidos de los programas de capacitación y sensibilización para los cuidadores(as) y la comunidad en general, y los espacios de atención psicológica para las personas mayores. Es importante mencionar que, si bien los servicios de primera necesidad como la alimentación, la salud física, el alojamiento y los recursos son esenciales para brindar un envejecimiento digno, también se debe prestar atención a la salud mental de esta población, puesto que muchas de las enfermedades gerontológicas están ligadas a cambios psicológicos y mentales como la demencia, el alzhéimer, la depresión, ansiedad, etc. Muchas de estas enfermedades se agudizan debido a diferentes procesos sociales y culturales que atraviesan las personas mayores, como la asociación de la vejez con la dependencia. Por lo anterior, los programas de sensibilización y capacitación a cuidadores(as), familias y personas de la comunidad son importantes, pues permiten que la sociedad transforme las connotaciones negativas que existen alrededor de la vejez.

La disponibilidad de los servicios en el mapa prestados por organizaciones de la sociedad civil, centros académicos y demás organizaciones que no tienen relación con el Estado no es suficiente ni se encuentran homogéneamente distribuida. En su mayoría localizados en la capital. Esto puede atribuirse a varias razones. En primer lugar, a las dificultades para detectar y registrar estas iniciativas. La actualización del mapa es constante y poco a poco se han encontrado nuevos proyectos que ofrecen servicios de cuidados y atención para personas mayores, pero a su vez, otros proyectos se han inhabilitado por motivos de recursos, por la temporalidad con la que se crearon, o por otras circunstancias.

En segundo lugar, a la falta de apoyos y garantías legales para la existencia y funcionamiento de organizaciones de la sociedad civil que se dediquen a estas labores. Aumentar estos servicios, como alternativas y complemento a la deficiente oferta que tiene el Estado para la atención a personas mayores, es urgente. El Estado cubano ha demostrado no contar con los recursos ni la voluntad de poder asumir todos los retos del aumento de la demanda de cuidados de la población mayor de 60 años.

La responsabilidad por el cuidado de las personas mayores debe ser compartida y distribuida equitativamente entre el Estado, la comunidad, las familias y toda la sociedad. Pero el Estado debe generar políticas que favorezcan el bienestar de la población mayor por medio de programas y servicios que garanticen la participación activa, la atención y los cuidados necesarios para que las personas mayores puedan tener una vejez digna y, al mismo tiempo, fortalecer y apoyar las diferentes iniciativas que buscan el bienestar de las personas mayores por medio del financiamiento, capacitaciones y alianzas que fortalezcan las iniciativas de apoyo y de cuidado que emergen desde la sociedad civil y la empresa privada. La responsabilidad del cuidado no puede permanecer a cargo únicamente de las familias y de las mujeres, por eso la comunidad también es un actor importante que debe capacitarse y sensibilizarse alrededor de los temas de envejecimiento, para así trabajar en los estereotipos y las connotaciones negativas con las que se asocia la vejez.

 

 

[1] Mapa disponible en: https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?ll=21.702644680564617%2C-81.21374448239162&z=7&mid=1ujttpHWdiO0V5ODVx5jzlZDRoh53KbdF

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