top of page

FORO CUBANO Vol 5, No. 43 – TEMA: EL PÉNDULO DE LAS DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA–

Sobre los que se quedaron en Venezuela

Vistas

Por: Lina María Muñoz Rodríguez

Abril 2022

La discriminación por edad constituye un fenómeno omnipresente y normalizado en la sociedad. Formalmente, este se conoce como edadismo y suele estar dirigido con mayor recurrencia a adultos mayores, en tanto parte de la construcción de imaginarios y percepciones que sitúan a la tercera edad y al envejecimiento como algo negativo, cuestión que se evidencia en el ideario común en el que ser mayor de 60 años se relaciona exclusivamente con la decadencia, la enfermedad, la dependencia y demás sinónimos que homogenizan sin el más mínimo rigor, a un amplio grupo poblacional que tiene mucho que decir y aportar pero que progresivamente se ha visto relegado y limitado a dichas percepciones. El edadismo supone entonces, una visión en completo reduccionista, que no permite trascender lo establecido y que lamentablemente, se recrudece en contextos de crisis. 


Aludir al término “crisis” en un marco geográfico como el de América Latina, es la antesala propicia para introducir el caso venezolano. Este último, consumido por una degradación democrática instituida a inicios del siglo XX con la llegada de Hugo Chávez al poder y que actualmente se mantiene bajo la égida de Nicolás Maduro, ha sido la causante de una catástrofe humanitaria de alrededor de 6 millones de venezolanos, quienes han huido de una dictadura pero más allá de ello, han huido de aquello que esta ha desencadenado: hambre, pobreza, miseria y demás escenarios cuya gravedad, el presente artículo, no podría hacer justicia. 


Rescatando lo anterior, y si bien las afectaciones de la crisis han resultado completamente devastadoras para los diferentes sectores etarios de la población venezolana, los adultos mayores han sufrido una suerte de circunstancias que son firme representación de la discriminación aludida al principio. Lo anterior, y según lo manifiesta (Reyes, 2022) se evidencia en que la gran ola migratoria que ha salido del país, ha convertido a Venezuela en un país de abuelos huérfanos en donde “muchos de ellos son monitoreados en la distancia por familiares y amistades. Otros se han quedado a cargo de los nietos mientras las y los adultos jóvenes se establecen en otros países”. Analizar la anterior afirmación bajo la perspectiva del edadismo ofrece múltiples respuestas interesantes, así, trayendo a colación cifras de Proyecto Migración Venezuela (2021), la mayoría de migrantes venezolanos que llegan a Colombia se encuentran entre los 18 y 39 años -constituyendo así un 57% del total- mientras paralelamente muchos adultos mayores se quedan en Venezuela tratando de sobrevivir, en un contexto donde cerca del 86% de dicho sector poblacional viven en la pobreza. Las nociones edadistas aquí, corresponden a la atribución equívoca a los adultos mayores como personas con pérdida de potencial que ya no están en condiciones para enfrentarse a las dinámicas de llegar a un nuevo país y empezar de 0, razón por la cual muchos se quedan en Venezuela, viviendo con pensiones -si es que las tienen- que no alcanzan los 10 dólares mensuales, sumado a una inflación desmesurada que no les permite siquiera adquirir alimentos necesarios para subsistir. La anterior tendencia puede observarse en el estudio realizado por Convite y HelpAge (2021), quienes con una muestra de cerca de 1000 adultos mayores, evidenciaron que un 77% de estos no tenía acceso a suficientes alimentos y usualmente se van a dormir con hambre cada noche, a su vez y pese a la inexistencia de datos oficiales, se estima que alrededor de 900.000 adultos mayores quedaron solos en el país, situándose en una condición de vulnerabilidad en tanto dejaron de contar con la presencia de sus familiares, viviendo relegados ante la transformación de la estructura de las relaciones familiares y sociales en medio del éxodo masivo ante la crisis en el país. Los adultos mayores han sido dejados atrás. 

 

Ahora, a la crisis propia de Venezuela se le sumó la pandemia por COVID-19, la cual trajo consigo medidas estrictas para evitar la propagación del virus. Dichas medidas, en diversas partes resultaron discriminatorias, a saber, la clasificación de los adultos mayores como grupo de riesgo sacó a relucir la noción de desvalorizante frente a dicha población. Ahondando en la anterior premisa, es pertinente mencionar como la crisis sanitaria llegó para reforzar aún más dichas nociones: En Venezuela, ello tiene múltiples manifestaciones, trayendo a colación un ejemplo: “el alcalde de Cumanacoa dijo públicamente que los comercios que le vendieran a personas mayores de sesenta años iban a ser multados (...). No se les puede arrebatar la vida a las personas; hay que brindar información, servicios de protección y soporte domiciliario” (Cabezas, 2020). En efecto, dicha clasificación en completo estigmatizadora, solo es una breve muestra de las medidas desvalorizantes y excluyentes, que dejaron aún más relegados a los adultos mayores. 


La conjugación de vivir una crisis sanitaria y además de ello vivirla en medio de una dictadura, en donde además de las dificultades y el aislamiento se le suma el hambre, la pobreza y la hiperinflación, han guiado a una desesperanza inevitable. Dicho panorama, se torna más preocupante en el caso de la población mayor, en tanto suelen ser víctimas de las visiones edadistas bastante comunes y normalizadas en la sociedad, las cuales los encasilla como población débil, de riesgo y con falta de posibilidades. Dichas visiones, reducen a los mayores a una serie de adjetivos que ignoran por completo su diversidad, siendo una representación de ello la crítica situación que muchos atraviesan en Venezuela, en donde muchos han sido excluidos y olvidados por sus familias y en donde además de ello, deben tratar de sobrevivir en medio de un régimen decadente, que ha roto drásticamente el tejido social y las dinámicas familiares. Los adultos mayores son más que una población que debe conformarse con lo que le tocó vivir. 

 

Referencias

 

Cabezas, L. (2020). Aumentan los suicidios entre los ancianos de Venezuela. Convite A.C. https://conviteac.org.ve/aumentan-los-suicidios-entre-los-ancianos-de-venezuela/


Convite. (2021). 86% de adultos mayores en Venezuela está en situación de pobreza. Convite A.C. https://conviteac.org.ve/86-de-adultos-mayores-en-venezuela-esta-en-situacion-de-pobreza/


Proyecto Migración Venezuela. (2021). Caracterización demográfica de la población migrante venezolana en Colombia. Semana


Reyes, L. (2022). Venezuela ha dejado atrás a sus ancianos. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2022/03/01/venezuela-ancianos-migracion-economia-pensiones-familias-adultos-mayores/

 

bottom of page