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FORO CUBANO Vol 5, No. 41 – TEMA: LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN UNA DICTADURA–

Nos tienen miedo porque no tenemos miedo
 

Por: María José Almanza Madrid

Febrero 2022

Vistas

El artículo deja ver la resignificación que vive el arte en regímenes autoritarios donde es visto como un mecanismo desestabilizador

El arte sin duda ha ocupado un lugar de suma importancia desde una visión histórica, de ahí la necesidad de volverlo un derecho innato al individuo que se expresa de diferentes formas y con diferentes elementos para que sea protegido en plenitud. A pesar de esto, hemos visto cómo esto termina siendo vulnerado en las dictaduras en donde el arte ha sido visto como una amenaza y una herramienta para el control social, de este punto salen dos ideas cruciales que pretendo tocar en este artículo. Por un lado, es entender de qué forma se vulnera este derecho y cuáles son los mecanismos de estas dictaduras junto con sus impactos, pero al mismo tiempo, resaltar la importancia del arte dentro de estos contextos y por qué resulta ser un punto para el desarrollo de un régimen autoritario. 

La Declaración de los Derechos Humanos (1948) establece que “toda persona tiene derecho a tomar parte libremente de la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes”. Sin embargo, se concretiza esto con la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad, donde se plantea sobre cómo se debe tener acceso a expresiones culturales diversas. 

A pesar de esto, las cifras demuestran un escenario distinto a lo que se propone. Por ejemplo, en 2018, se registraron por cifras oficiales un total de 565 personas a las que se les vulneró este derecho en forma de encarcelamiento, amenaza, asesinato, detenimientos arbitrarios, persecución, procesamiento y censura (ONU, s.f). 
 

Figura 1. Violación de la libertad artística 2018


 

 

Nota. Violaciones libertad artística 2018 [Fotografía], por ONU. 

Cuando nos planteamos esto en dictaduras, vemos que el arte ha sido algo desestabilizador para estos regímenes ya que genera un quiebre en la mirada hegemónica que buscan sostener dentro de la sociedad. Así, esas expresiones culturales que se salen de ese sistema homogeneizador resultan ser amenazantes y, sobre todo, se ven como un acto de resistencia. Por ejemplo, en América Latina del siglo XX cuando se da la oleada de dictaduras, el arte se resignifica y deja de ser solamente un objeto de consumo y entretenimiento a ser una forma de disidencia frente a estos regímenes.

Lo que se hizo en la mayoría de las dictaduras fue quemar el arte. Por ejemplo, en Argentina lo que se hizo fue institucionalizar la censura en forma de Ministerio para proteger los valores de la sociedad y destruir todo aquello que pudiera alterar al statu quo y la integridad de la sociedad, método que en su momento dejó a más de 200 artistas desaparecidos (Reynoso, 2022). Básicamente, lo que se hacía era borrar del panorama todo aquello que cuestionara el régimen en forma de expresiones artísticas, haciendo listas y marcando a toda persona que lo hiciera. Esto se vio evidenciado (o se evidencia), no solo en Argentina sino en otros países como Chile o Uruguay, en forma de violación de derechos humanos como la libre asociación y circulación, represión, desaparición e incluso en algunos casos exilio. Algunos ejemplos reconocidos de represión a artistas como lo son Victor Jara, Jorge Peñallen, Quilapayum, Mercedes Sosa, Liliana Felipe, entre muchos otros. Y por más esfuerzos que se han hecho desde diferentes sectores, esto sigue sucediendo. 

 

Ahora, más allá de saber que cuando sucede esta represión se vulnera un derecho, también es importante el impacto en un ámbito social, histórico y político que tienen estas expresiones artísticas dentro de las dictaduras. Primero, lo que permiten estas expresiones es la remembranza social, crear un espacio colectivo en donde las víctimas de estos regímenes tengan la oportunidad de alzar su voz, creando también un lugar de conciencia.  Pero al mismo tiempo, también es una forma de crear esa memoria colectiva, para alzar la voz y decir aquello que no encaja, para desafiar ese statu quo y romper el silencio que buscan imponer. 

 

En definitiva, el arte sirve para transmitir esos relatos y esas experiencias de aquellos que no pueden hablar y al final, logra convertir la rabia en esperanza (DW, 2011). Y entonces, cobra sentido lo que dice Liliana Felipe en una de sus canciones: Nos ven reír, nos ven luchar, nos ven amar, nos ven jugar, nos ven detrás de su armadura militar, nos tienen miedo porque no tenemos miedo.

 

Referencias

DW. (2011). Arte y lucha social: América Latina se enfrenta a sus dictaduras. DW.COM. https://www.dw.com/es/arte-y-lucha-social-am%C3%A9rica-latina-se-enfrenta-a-sus-dictaduras/a-15493912-0.

ONU. (1948). Declaración Universal de Derechos Humanos. Recuperado de: https://www.un.org/es/documents/udhr/UDHR_booklet_SP_web.pdf.

ONU. (s.f). Libertad Artística. UNESCO. Recuperado de: https://en.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/artistic_freedom_esp_pdf_web.pdf.

Reynoso, A. (2022). Arte y dictadura militar. La Izquierda Diario - Red internacional. http://www.laizquierdadiario.com/Arte-y-dictadura-militar.

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