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TEMA: CUBAZUELA

La intervención de Cuba en Venezuela: una ocupación estratégica con implicaciones globales

Por: María C. Werlau

Julio 2019

Como parte de nuestro trabajo en la Dirección del proyecto Archivo Cuba, hemos publicado recientemente en inglés el libro La intervención de Cuba en Venezuela: una ocupación estratégica con implicaciones globales. Se trata de una exhaustiva investigación – con 1.600 citas bibliográficas y alrededor de 800 fuentes, que describe cómo la Cuba “revolucionaria” esencialmente ocupó a Venezuela, no con una gran fuerza militar in situ, sino asimétricamente, colocando activos estratégicamente para tomar el control de las fuerzas de seguridad, la economía, la información, las comunicaciones y la sociedad venezolana en general. La obra explora la evolución del plan que dio lugar a una alianza radical con una agenda de integración regional y estableció una red criminal internacional. Asimismo, explica cómo Cuba, a pesar de ser mucho más pequeña, pobre y subdesarrollada, logró el papel dominante gracias a herramientas metodológicas distintivas derivadas de la naturaleza totalitaria de su sistema.

El libro, disponible en inglés en Amazon (https://www.amazon.com/dp/B07VXKXF6Y), se publicará en español en varias semanas. Está dividido en doce capítulos, que describen:

1. La incursión histórica de Cuba revolucionaria en Venezuela, comenzando con la llegada de los Castro al poder y la relación simbiótica de los principales líderes de ambos países para desarrollar un plan de integración revolucionaria.

2. La presencia y el control de Cuba en las fuerzas armadas y los servicios de seguridad venezolanos.

3. Los mecanismos de ingeniería social que usan “colaboradores” cubanos en “misiones sociales” y el traslado de la santería cubana a Venezuela.

4. El control cibernético de Cuba sobre Venezuela en un abarcador rol de "hermano mayor”, así como en la represión y el fraude electoral.

5. El proyecto neomarxista de integración, Cubazuela, y sus elementos ideológicos, económicos y judiciales.

6. El plan de integración hemisférica ALBA, su cuna ideológica en el Foro Social de Sao Paulo y el engendro del socialismo del siglo XXI. (Se dedica atención especial a Colombia y México).

7. La red criminal internacional del ALBA y sus fuertes vínculos con actores no estatales y extrarregionales, incluyendo Irán/Hezbolá, Rusia y China.

8. Las ventajas comparativas asimétricas de Cuba, derivadas de su modelo totalitario y metodologías no tradicionales.

9. La respuesta internacional al viraje de Venezuela hacia la dictadura.

10. La política de paz de Noruega, su papel en los acuerdos de paz de Colombia, su estrecha relación con Cuba y su rol en las negociaciones sobre Venezuela.

11. Conclusiones.

Al ir uniendo las partes diversas de la investigación emergió el retrato de una astuta ocupación estratégica de Cuba en Venezuela, una forma de imperialismo sin precedentes que es mucho más calculada e ingeniosa de lo que podría haberse imaginado. Proceso que nos lleva a un conjunto de conclusiones que repasamos a continuación.

La dirección de la revolución bolivariana, su alianza con Cuba y la marcha de Venezuela hacia el autoritarismo fueron evidentes desde los comienzos del chavismo. Cuba, por su parte, ha gozado de impunidad durante décadas por sus crímenes e intervenciones internacionales violentas. No obstante, la mayoría de los venezolanos no quería creerlo y la mayoría de los gobiernos, medios de prensa internacionales y académicos decidieron ignorarlo. Dicha ingenuidad e incredulidad provienen en gran parte del desconocimiento de cómo opera el régimen cubano y de su historia.

El aferro apocalíptico al poder tanto del régimen bolivariano como del cubano, para mal de sus pueblos, obedece no sólo al instinto de autoconservación y a la necesidad de supervivencia, sino también a la convicción de que con el conjunto de herramientas metodológicas que Cuba ha empleado tan efectivamente se logrará la misma eventual anuencia de la comunidad internacional. Quedando claro que no cederán, ningún diálogo o negociación podrá realmente resolver la crisis venezolana a menos que redunde de forma inequívoca en requerir que Cuba elimine, a corto plazo y de manera muy definida, todo su personal de Venezuela (en todos los rubros) y cese toda intrusión en sus comunicaciones y todas las áreas de su injerencia.

Pese a su avance, el modelo Foro/ALBA, modificación del modelo cubano para crear satélites regionales, parece tener fallas estructurales por varias razones que, combinadas, han llevado el experimento de Venezuela al punto de implosión:

Primero, dado que su implantación no es una ciencia exacta, el avance de la radicalización en Venezuela ha sido mal calculado. Se dejó que el control totalitario se fuera consolidando gradualmente dejando espacios significativos, aunque decrecientes, a los medios y las comunicaciones de masa, así como a la sociedad civil y partidos políticos. Por su parte, en la Cuba revolucionaria se infundió el terror muy rápidamente con las ejecuciones masivas y un enorme presidio político, y se estableció un control absoluto.

En segundo lugar, el prototipo cubano requiere de grandes sumas de dinero para compensar las bajas en producción y los efectos destructivos de la economía centralizada socialista. Durante tres décadas, Cuba obtuvo las subvenciones requeridas de la antigua Unión Soviética y, durante casi dos décadas, lo ha obtenido de Venezuela. Venezuela, por su parte, tiene una gran cantidad de petróleo brotando de su subsuelo; sin embargo, una vez que tanto los precios del petróleo como la producción disminuyeron, debió ajustarse la estrategia clientelista-populista y los efectos del castro-chavismo no pudieron ocultarse. El descalabro en los ingresos afecta a ambos países.

Tercero, el nivel de corrupción y malversación de fondos en Venezuela ha llevado la pobreza impuesta por el Estado, elemento clave del modelo, a un extremo inédito para un país petrolero, de desarrollo medio y sociedad urbana.

A pesar de que el enfoque gradualista adaptado a las circunstancias particulares de cada país no ha tenido mucho éxito en ningún lugar, el régimen cubano y sus aliados continuarán buscando formas de reinventarse para permanecer en el poder y expandir su influencia. E intentarán reparar las deficiencias del modelo para diseñar un nuevo o más fuerte paradigma que alcance y asegure el poder.

Con la riqueza petrolera de Venezuela, y la peculiar marca imperialista de Cuba y su conjunto de herramientas metodológicas, la integración hemisférica bajo el socialismo del siglo XXI y la orientación del Foro de Sao Paulo pudo avanzar mucho. Aunque en tiempos más recientes se ha debilitado, el compromiso de sus defensores y la fuerza de sus tácticas no deben subestimarse. Sería un error descontar el grado de compromiso y los recursos de la izquierda radical, especialmente a la luz del apoyo de Rusia, Irán, Corea del Norte, etc., y de grupos terroristas y empresas criminales que buscan derrotar a la democracia liberal, el capitalismo y a los Estados Unidos.  Es por esta razón que la situación venezolana es un desafío geopolítico más que una crisis regional o temporal. Una respuesta efectiva requiere una comprensión de la historia, la naturaleza y los objetivos del régimen cubano y sus socios radicales, así como las amenazas que representan para la paz y la seguridad internacionales.

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