El 2023 es otro año más de inestabilidad económica en Cuba, de crisis económica profunda, y de poco crecimiento. Según estimaciones de la CEPAL es posible solo llegar al 1.8 % de crecimiento en este año, pero en el 2024 sería aún por debajo con 1.7 %, eso indicaría que en 3 años seguidos el PIB crecerá muy por debajo de lo pronosticado y sin remontar el crecimiento planificado en el plan hasta el 2030 superior a un 5 % anual.

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El economista Pedro Monreal en su blog “El estado como tal”, expresó que, si CEPAL hizo buenos pronósticos con su equipo de analistas, Cuba registraría una tasa promedio anual negativa de crecimiento de -0.72 % entre 2019 y 2024.

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Es evidente que el escenario internacional es adverso, con el conflicto entre Rusia y Ucrania, junto al del Medio Oriente, la crisis climática, sumado el bloqueo económico de Estados Unidos que se mantiene, es lógico que una economía tan abierta como la cubana, donde casi el 100 % de los alimentos de la canasta básica normada se importa, cualquier factor que propicie un deterioro de los términos de intercambio internacional tiene que afectar más a Cuba que a otros países.

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Un simple repaso de indicadores económicos en el 2023, concluye que no se ve la salida del túnel, e incluso ni se ve el túnel. Ya hemos mencionado el bajo crecimiento económico, pero a este hay que sumarle fuertes distorsiones tales como la caída del crecimiento industrial, incluyendo el azúcar y las producciones agrícolas esenciales en franco retroceso.

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El déficit fiscal seguirá alto, donde los ingresos no se incrementan a lo que necesita el presupuesto nacional para enfrentar los elevados gastos, entre ellos los subsidios a las empresas estatales.

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La inflación crece a un elevado ritmo especialmente en los alimentos, y otros productos. Así el índice de precios al consumidor en general de octubre del 2023 se ubicó en 335,31 % con respecto a la base (2010), pero en los alimentos y bebidas no alcohólicas llegó a 558, 82 % en ese periodo. Aunque si comparamos ese indicador en el 2023 con respecto al 2022 ha bajado ese incremento interanual. CEPAL ha colocado a Cuba entre los países con una inflación crónica, y dentro de ese grupo es el país que ha acelerado más su inflación.

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Los valores mensuales de inflación interanual son superiores al 34 % en todo 2023, lo cual, es una magnitud muy alta. Siguen impactando negativamente el proceso de “ordenamiento” que comenzó en enero del 2021, la poca oferta de bienes, y como hemos mencionado el alto déficit del fisco.

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También está afectando la capacidad adquisitiva de los cubanos, el crecimiento de la tasa de cambio informal de las divisas extranjeras, ya que, los importadores reflejan después en los precios minoristas el costo al cual adquieren las divisas. También se incrementa la moneda MLC, a la cual, los que no acceden a divisas tienen que comprarla a elevados precios, como en noviembre del 2023 que se cotizaba a 240 pesos cubanos (CUP), mientras que, el dólar escaló hasta los 260 CUP.

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Las medidas incluidas en el Ordenamiento Monetario han representado una compresión brutal de lo que reciben los trabajadores cubanos, especialmente los del sector presupuestario de la economía, con rigideces en los salarios que reciben. En otras palabras, cuando un gobierno se concentra en poner “parches”, los problemas estructurales se mantienen.

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La distribución de las inversiones sigue distorsionada, es decir, se sigue invirtiendo más en construcciones hoteleras, que en la industria y la agricultura. El gobierno es el responsable de la desproporcionada inversión inmobiliaria y turística, ya que, redujo la disponibilidad de divisas para invertir en la producción de alimentos y evitar la descapitalización industrial del país, especialmente las termoeléctrica. Es decir, no hay divisas suficientes para disminuir la inflación, puesto que se colocaron en otros destinos.

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La agricultura no ha respondido en el 2023 a las necesidades alimentarias de la población. Hay un deterioro de las distintas producciones agrícolas en el 2023 y es parte de la tendencia que se viene observando a partir del 2018. La producción de azúcar de todo el país no cubrió ni el 50 % de las necesidades en el 2023, y la canasta básica ha sido la más afectada, reduciéndose las cantidades y postergándose los días de entrega.

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Las 63 medidas tomadas en la agricultura no han impactado en el aumento de la oferta de alimentos a la población, es imposible que se pueda decir que hay seguridad alimentaria en Cuba y, mucho menos basada en los ingresos resultados del trabajo de la mayoría de la población.

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Dado que las medidas han sido insuficientes para relanzar este sector, debería pensarse en estimular más la entrega de tierras en usufructo, pero en periodos superiores a los 50 años. Estimular la llegada de capital extranjero o de residentes en el exterior, incluyendo al privado nacional a que pongan en producción la enorme cantidad de tierras ociosas, mejorar todo el sistema de comercialización, Acopio no ha cumplido el rol que se le ha asignado, por disimiles causas. Evidentemente las medidas son insuficientes o con escaso impacto en la producción agrícola.

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El turismo es la única rama que comienza el despegue, ya que, hasta el cierre de octubre del 2023 se recibieron 1.973.150 visitantes internacionales, que representan el 168,8%, es decir 739.368 visitantes internacionales más que en el mismo período del año anterior. Pero si se compara con el año 2019, el año antes de la pandemia, Cuba está aún distante de alcanzar la meta de 4.263.115 visitantes. Se estima que, a finales de diciembre hayan arribado 2.3 millones de turistas. No debe olvidarse que el plan 2023 era de 3.500.000 visitantes.

En el caso de los cubanos residentes en el exterior en Estados Unidos, arribaron a Cuba hasta octubre 266.133 visitantes, que es el 58,25 % de los que arribaron en el 2019.

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El turismo deberá mejorar la calidad de las instalaciones extra hoteleras o construir las que se necesiten, en otro sentido la calidad de los viales no es la adecuada para la renta de automóviles, habría que trabajar para la recuperación de la transportación aérea nacional, y los insumos de las instalaciones que no son los adecuados si se aspira a lograr metas de precrisis, dado que es fuerte la competencia de República Dominicana, donde funcionan los mismos tour operadores que trabajan el producto cubano.

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La ocupación de las instalaciones hoteleras es de las más bajas de la región, donde hay hoteles recién construidos que no alcanzan el 15 % de las capacidades ocupadas. En el primer semestre del 2023 la ocupación media hotelera fue de 27.9 %, es decir, de cada 10 habitaciones disponibles, 7 no se utilizan.

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El consumo de combustibles para el sector residencial y el no residencial se vio afectado a lo largo de casi todo el 2023, ya que, por diferentes motivos no llegó el combustible necesario por atrasos en la llegada de los barcos contratados, falta de divisas para pagar los mismos, presión de Estados Unidos a la producción petrolera de Venezuela en transportación y, en dificultades para adquirir insumos para la reparación de las industrias, casos de corrupción en PDVSA, y la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otras.

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Es decir, ha sido un año de interminables colas en los servicentros para la adquisición de combustibles para los vehículos, largas horas de apagones por falta de fluido eléctrico y esto está relacionado por la baja entrega de portadores energéticos a los grupos electrógenos que han suplido las roturas de las principales termoeléctricas en el país.

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Aunque hay diferencias de criterios, es loable mencionar que el desarrollo del sector privado y cooperativo en Cuba es una condición de supervivencia para la economía cubana, es donde están los mayores potenciales. Al cierre de octubre de 2023, el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) había aprobado 9.399 mipymes, de ellas privadas 9.186 en las 15 provincias. El 56% surgieron de nueva creación y el 44% son resultado de reconversiones de negocios.

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Cuba tiene que aprobar más medidas que permitan estimular todas aquellas actividades que contribuyan a la creación de oferta de cualquier tipo, y a la vez propiciar actividades privadas que dinamicen el sector productivo estatal, debe aprobar las actividades prohibidas que no se justifican como los arquitectos, guías de turismo, etc.

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La compleja situación de la economía solo se resuelve con medidas audaces, ya que las autoridades del país tienen problemas con la alta inflación, pero simultáneamente el país está paralizado por disimiles factores, la fuerza de trabajo en edad laboral está emigrando en elevadas cifras, más de medio millón en 2 años. La población envejece y las tasas de crecimiento de esa población son negativas.

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Me pregunto ¿hay falta de voluntad política para hacer la reforma integral que se necesita? Es decir, profundizar en las causas de por qué no se logran los resultados esperados o ¿qué tiene que pasar para la integralidad de los cambios necesarios al estilo vietnamita?

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En lo social el país en el 2023 ha venido atravesando también cierta escasez de medicamentos y falta de insumos para la salud pública, así como en la educación se resiente de los profesores que han dejado la profesión por diferentes motivos, entre ellos salir del país.

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Hay que realizar disímiles tareas, pero una de ellas, es mejorar el ambiente económico y social del país, que solo se logra destrabando los nudos vigentes que impiden se incremente la oferta de bienes y servicios, disminuir el peso elevado de lo ideológico en el discurso de nuestros dirigentes, una cosa es salvaguardar la nación y otro pensar que la población cubana es homogénea y que debe pensar del mismo modo que lo hacen las generaciones que nos han dirigido hasta el momento. Tener esperanza, es lo que se ha perdido en Cuba, al menos para las más jóvenes.

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En conclusión, lo anunciado a finales del 2022 por las autoridades cubanas que el 2023 sería un año mejor, se desvanece ante las estadísticas económicas reales a un mes de terminarse el año. Se espera que la próxima Asamblea concrete más las medidas que deberían tomarse para subir un peldaño en la escalera del mejoramiento o la aspiración de los cubanos.

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Se sigue mencionando que lo que permitirá dar el salto es la vieja opinión de poner la esperanza en la empresa estatal socialista. La pregunta por hacer es si los directivos piensan en la vieja empresa estatal o es otra, porque si es la misma que la anterior, se verán los mismos resultados que no han sido positivos.

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¿Cuándo daría fruto la estabilización macroeconómica anunciada? ¿Cuándo se frenará la inflación? ¿Cuándo mejorará el nivel adquisitivo de los cubanos? Respuestas urgentes son las que se necesitan y no están presentes en este 2023 ni se vislumbran para el 2024