top of page
64b45b7e2160f6682b398061.jpeg

FORO CUBANO Vol 7, No. 69 – TEMA:  Cine independiente y libertad de expresión

Hijos de la Revolución: donde la libertad y el amor son actos de rebeldía

Por: Sara Sánchez Jiménez
Octubre y noviembre de 2024

Hijos de la Revolución es un largometraje venezolano independiente dirigido por Carlos Caridad-Montero y producido por Amaury Mogollón en colaboración con AP Films, estrenado en 2023. La mayor parte de la película fue filmada en Venezuela, con algunas escenas rodadas en Santiago de Cali, Colombia. Este filme ofrece una reflexión profunda sobre los cambios políticos, sociales y económicos en Venezuela durante los últimos 25 años, desde el golpe de Estado de 1992 hasta las protestas de 2017. La película, narrada a través de una historia de amor y drama, utiliza un enfoque documental que ha sido aclamado en festivales internacionales como el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos en Colombia y el Festival de Cine de Chicago. Sin embargo, aún no ha sido estrenada en Venezuela debido a la falta de registro como producción nacional ante el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC). A través de testimonios impactantes, la obra relata las vivencias de millones de venezolanos, desde quienes se exiliaron hasta los encarcelados y desplazados, así como aquellos que aún resisten dentro del país.

La historia se inicia en la madrugada del 4 de febrero de 1992, cuando un grupo de militares liderados por Hugo Chávez, entonces teniente coronel, intentó derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez en un golpe de Estado que buscaba “rescatar” a Venezuela de un gobierno considerado corrupto y neoliberal. Las calles de Caracas y otras ciudades como Maracay y Maracaibo fueron testigos de la insurrección, pero el alzamiento fracasó. Chávez, capturado, pronunció su famoso "por ahora", que quedaría como una promesa latente. Mientras todo eso ocurría, nacían Laura y Tomás, ajenos al destino que, como su país, les aguardaba, pero cuyas vidas estarían marcadas por los eventos políticos que comenzaban a desarrollarse.

 

La polarización política que se intensificó en los años siguientes dividió a las familias venezolanas, enfrentando a padres e hijos, hermanos y amigos, abuelos y nietos, tías y sobrinos. La sociedad se fragmentó entre quienes apoyaban al régimen y quienes se oponían a él. Sin embargo, Laura y Tomás, a pesar de pertenecer a clases sociales distintas y tener familias con ideologías opuestas, desafían esas divisiones al vivir una apasionante historia de amor. La entrega del poder a la oposición en 1998 marcaría el fin de una era democrática, pues ese mismo año Chávez llegaría al poder, cerrando un capítulo de transiciones pacíficas en Venezuela. La conexión entre Laura y Tomás ya había sido sellada mucho antes de que ellos lo imaginaran, pues, por una casualidad del destino, sus padres habían terminado trabajando juntos, entrelazando sus vidas de manera inevitable.

Estas dos familias viven una historia marcada por las cicatrices de una revolución que prometió redención y trajo desolación. En su niñez, Laura y Tomás eran dos niños inseparables, ajenos a los cambios que agitaban la tierra que los vio crecer. Sin entender del todo las fuerzas políticas que marcaban su entorno, vivían en un mundo propio, sin saber que ese mismo país, su hogar, pronto los separaría. Venezuela atravesaba el colapso de su industria petrolera, el desabastecimiento y la creciente represión política. El padre de Laura, Ángel, un hombre de ideales firmes, se ve despedido por su apoyo a las huelgas contra el gobierno de Chávez. En un abrir y cerrar de ojos, la familia de Laura pierde su trabajo, su hogar, y sus sueños se ven aplastados por la realidad de un país en crisis.

Por otro lado, la abuela de Tomás, Lina, es una ferviente defensora del régimen chavista, una mujer dispuesta a tomar las armas, creyendo que “si mueres por la patria no mueres”. La polarización ideológica, tan profunda y destructiva, divide a las familias, transformando lo que un día fue amistad en enemistad. Los dos niños, que en algún momento compartieron juegos y sonrisas, ahora se ven enfrentados por las líneas invisibles trazadas por el conflicto. Con el paso del tiempo, Laura y Tomás crecen distanciados, un abismo se abre entre ellos, alimentado por los ideales impuestos por sus familias, las tensiones políticas, y las presiones ideológicas.

 

A medida que crecen, la lucha se intensifica. Laura se convierte en una joven militante, involucrada en reuniones clandestinas, marchas y protestas, alzando su voz contra la censura, los cierres de medios como Radio Caracas Televisión, y la opresión del gobierno.

 

La represión se siente en cada rincón: listas negras, persecuciones, y la constante amenaza de un régimen que se vuelve cada vez más autoritario. Mientras tanto, la abuela de Tomás sueña con verlo defender “la patria” desde la academia militar, y bajo esa presión, que él finalmente se alista, sacrificando su sueño de ser beisbolista. Pero en medio de este caos y

la lucha constante, una chispa de amor se enciende entre Laura y Tomás, un amor que se ve condenado por las familias, por el sistema, por las ideologías irreconciliables.

Cuando, en un acto de rebeldía y desesperación, los dos se encuentran pintando paredes como un grito de resistencia, sus mundos se desploman aún más. Los padres de Laura y la abuela de Tomás prohibieron la relación entre ambos, viéndola como una amenaza en medio de la lucha política que dividía a chavistas y opositores. Este amor, tan puro como rebelde, era percibido como un riesgo por las familias, inmersas en el conflicto ideológico que marcaba la Venezuela de ese entonces. La vida, cargada de odio y opresión, los aleja cada vez más. Tomás, atrapado entre los deseos de su abuela y su creciente conciencia de lo que está sucediendo en su país, se enfrenta a una elección imposible: ser fiel a sus raíces o ser fiel a sí mismo. Así, bajo la presión de su abuela, se une al ejército, abandonando sus propios sueños y a su gran amor.

 

Pasan los años, y Laura, por su parte, se convierte en una opositora, luchando por lo que queda de la libertad de su tierra, mientras la escasez de productos, la hiperinflación y el colapso social desgarran al país. Mientras ambos siguen caminos separados, la protesta se convierte en su único lenguaje, su única forma de resistencia. Pero la tragedia no deja de acechar. En medio de una protesta, las dos fuerzas, la del pueblo y la del régimen, se enfrentan. Tomás, al ser parte del ejército, se ve obligado a enfrentarse con el mismo pueblo que alguna vez defendió, mientras Laura lucha por la justicia en las calles, viendo cómo su país se consume en el fuego del odio.

 

El amor entre Laura y Tomás, que en un principio parecía inalcanzable debido a las circunstancias, se intensifica con el tiempo. Tomás, al darse cuenta de que la lucha en la que estaba inmerso no era una defensa de Venezuela, sino una lucha contra su propio pueblo decide dejar el ejército. A medida que presencia las atrocidades cometidas por el régimen, toma la decisión de abandonar por completo la causa en la que había estado involucrado.

La vida de Laura cambia radicalmente; vive en un pequeño apartamento, siempre bajo la amenaza constante de ser capturada por el régimen. En medio de tanta violencia, opresión y muerte, Laura y Tomás toman la decisión de escapar juntos. Pero cuando el día llega, Tomás no aparece. Ha sido perseguido y brutalmente golpeado, su abuela no lo dejaría ir. Laura, con el corazón roto, se ve obligada a huir sola, ya que dentro de ella crecía una vida fruto de su amor con Tomás. Escapa escondida en un baúl, llevando consigo la esperanza de reencontrarse con amor.

 

La película alcanza su clímax en un giro desgarrador: Tomás es asesinado por un joven compañero de su causa pasada. Es en este momento cuando termina todo, las dos familias fueron desgarradamente separadas por un gobierno que prometió el cambio, pero solo dejo crisis. La madre de Tomás, Rosa, deja a su madre, Lina, quien insiste en que, a su nieto, Tomas no lo mato el gobierno sino los “revoltosos”, pues seguía enceguecida, al final se quedó sola con el retrato de su comandante. Rosa, se convierte en una emigrante más, abandonando su país sin quererse ir. Por su parte, la madre de Laura, Edith, transforma su cocina en una fábrica de armas caseras para apoyar las protestas, pues es en lo único en que encuentra consuelo.

 

Hijos de la revolución es una película que, al llegar a su fin, deja al espectador sumido en una profunda reflexión y nostalgia. A lo largo de 25 años, la historia de amor entre Laura y Tomás se va construyendo en medio de una Venezuela que cambia drásticamente. Aunque la vida de estos jóvenes proviene de familias con ideales profundamente distintos, ambos están unidos por un anhelo compartido: Libertad. Sin embargo, el desenlace es desgarrador. sus mundos, que una vez parecieron tan cercanos.

A lo largo de cada escena, la tensión se va acumulando, generando la incertidumbre de lo que vendrá. El final llega abruptamente, de manera inevitable, dejando claro que muchas vidas se pierden cuando se alza la voz en medio de un régimen opresor. Cada personaje, luego de la muerte de Tomás y la huida de Laura, se encuentra en un camino solitario, marcado por la tristeza y el abandono. Desde el principio, cada uno tiene una ideología definida, pero la historia demuestra cómo estas posturas se ven transformadas por latragedia. Este largometraje culmina con una carta del padre de Laura, que resalta una verdad: la vida trasciende más allá de las consignas políticas, y cuánta razón tenía.

Finalmente, solo puedo llegar a pensar, que, el amor no solo es un refugio en medio de la tormenta, sino también una condena en un país donde la política lo consume todo. Es una historia de lucha, de sueños rotos, y de la nostalgia de un país colapsado. El amor de Laura y Tomás, como todos los amores en tiempos de guerra, se convierte en un acto de resistencia, una última esperanza de que, quizás, algún día, Venezuela será libre. Pero, en este relato, la libertad solo llega con el exilio, con la muerte, con el olvido. La historia de Laura y Tomás es la de muchos venezolanos: un amor que nació en el corazón de la revolución y murió en las cicatrices de un país dividido.

Referencias

Caridad Montero, C. (Director). (2023). Hijos de la Revolución [Película]. AP Films. https://hijosdelarevolucion.com/

bottom of page