“Si valoramos lo que hemos heredado de manera gratuita del esfuerzo de otras mujeres que lucharon antes, sin duda es moralmente ético levantarnos y decir: Sí, soy feminista.” Annie Lenox

 

El feminismo en Cuba llega en el Siglo XX y se remonta a la creación de importantes organizaciones feministas que luchaban por los derechos de las mujeres. En un inicio, el movimiento sufragista de mujeres en Cuba se enfocó principalmente en luchar por la obtención del voto femenino, con esta lucha en 1912 se creó en La Habana el Partido Nacional Feminista, el cual era liderado por Amalia Mallén, en su agenda el partido buscaba reivindicaciones más allá del voto. En Cuba, a la par, surgían movimientos en pro de las mujeres abordando problemas de igualdad política, social, laboral, entre otros; fueron tan importantes estos movimientos, y en particular lo fue el movimiento sufragista de mujeres en Cuba, el cual logró la aprobación de la ley de la Patria Potestad en 1917 y la ley del divorcio en 1918.

 

Para 1921 se creó la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas de Cuba (FNAF), la cual estaba integrada por cinco asociaciones: Club Femenino de Cuba, Congreso Nacional de Madres, Asociación de Católicas Cubanas, Asociación Nacional de enfermeras y Comité de la Creche Habana nueva, estas contaban con ocho mil mujeres afiliadas. Esta Federación tenía como objetivo reunir a las mujeres en un espacio diferente al que ellas habitaban, además de alcanzar los niveles de integración con los que contaban los hombres. La presidenta de la FNAF propuso celebrar anualmente un congreso, en el cual se tratarían todos los asuntos que eran importantes para la mujer, además, podrían participar tanto las mujeres afiliadas como las que no, en sí era un evento para todas las cubanas.

 

El primer congreso, celebrado en abril de 1923, Pilar Molón pronunció un discurso en el que explicaba la revolución que estaba causando en Cuba la Asociación Femeninas de Cuba, en este ella expresó:

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Una revolución, sí, efectivamente es, revolución pacífica o evolución, no importa el nombre, pero algo nuevo, algo desconocido entre nosotros, donde hasta hoy la mujer tuvo sus actividades limitadas a un papel humildemente pasivo, algo cambiado inexorablemente en la marcha habitual de nuestras cosas [...] Es ésta nuestra Revolución. (Memoria del Primer Congreso, 1924: 29)

 

El hecho de que un movimiento de mujeres lograra crear la primera experiencia de este tipo para América Latina, era un paso gigante en la reivindicación de los derechos de las mujeres no solo en Cuba, sino en la región. Además, lograr replantear las actividades que cumplían las mujeres en la época es un acto más que revolucionario, valiente, ya que en muchas ocasiones se les tildó, juzgó y acusó de querer ser hombres, apropiándoles características que son “masculinas”. Como resultado de este primer congreso, las mujeres lograron tener la atención de la prensa, y con esto se acercaron al periodismo, pero a un nuevo tipo de periodismo y no en el que enseñaban recetas de cocina.

 

Y así como lo afirma López (2011) hay que reconocer el esfuerzo y rendir homenaje a las fundadoras y luchadoras femeninas sufragistas de la Cuba de antes de 1959, el hecho de que crearan movimientos tan fuertes y tan grandes en un momento tan temprano, es de admirar. Sin embargo, y como muchos autores lo resaltan, ese trabajo y esfuerzo se vieron opacados con la revolución cubana, ya que por ley todos son iguales y el hecho de tratar problemas de una población en particular estaría reforzando la discriminación. Si bien es cierto, la mujer, luego de la revolución logró ser protagonista de transformaciones económicas, sociales, y en sí de liberación, actualmente tiene más carga, más exigencia; es cierto que las mujeres ocupan ahora los espacios públicos pero con limitaciones de decisión como en el caso de la Asamblea Nacional.

 

Como lo establece en su texto Fleites-Lear (1996) las mujeres ganaron libertad para participar en el sistema político, pero al igual que cualquier movimiento en Cuba, este debe estar alineado con el pensamiento del Partido Comunista y en sí con el sistema establecido, por lo que crear nuevos movimientos u organizaciones está lleno de barreras. Actualmente, las mujeres cubanas no conocen sobre el feminismo, ya que en la isla no se venden libros ni literatura sobre este tema, de hecho, existe cierta desconfianza a lo que representa y significa el feminismo, porque está estigmatizado como una amenaza para la masculinidad, de igual manera, este contiene una carga política y emocional fuerte, por lo que puede ser también esa la razón por la que no hay actualmente un discurso feminista en Cuba.

 

La falta de una perspectiva feminista en proyectos políticos, culturales no deja que se reconozca la discriminación y la marginación que hay sobre las mujeres en algunos espacios en la sociedad. Igualmente, la falta del análisis desde una mirada feminista no logra hacer un mapeo real de los problemas con los que cuenta actualmente la isla, haciendo casi que imposible el hecho de poner en discusión temas como la sobre exigencia con la que cuentan las mujeres hoy en día. 

 

Es una desgracia que Cuba no haya continuado con el movimiento tan fuerte que fue la FNAF, ya que este movimiento logró cambios importantes para las mujeres en un corto lapso de tiempo, además no contaba con sesgos políticos, y lograba reunir a todos los tipos de mujer con los que contaba la isla. Actualmente, existe la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) la cual fue fundada por Fidel Castro y Vilma Espín en 1970, pero esta no es más que una extensión de lo que es el Partido Comunista, dejando de lado la lucha más importante: las mujeres.

 

Referencias

Fleites-lar, M. (1996). Paradojas de la mujer cubana. Nueva sociedad. https://static.nuso.org/media/articles/downloads/2500_1.pdf

López, M (2011). La mujer revolucionaria antes de la Revolución: logros y vicisitudes. Instituto Cervantes. http://cvc.cervantes.es/literatura/mujer_independencias/lopez.htm

Memoria del primer congreso Nacional de mujeres organizado por la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas. La Habana: Imprenta La Universal, 1924.