FORO CUBANO Vol 7, No. 69 – TEMA: Cine independiente y libertad de expresión
Entrevista a Eliecer Jiménez Almeida "La otra verdad de Cuba: cine independiente como acto de resistencia política"
Por: Ángela Mariottiz
Octubre y noviembre de 2024
En la sexta edición del Festival Internacional de Cine por la Democracia, se proyectó *Persona*, un cortometraje de 2014 que, a través de la historia de cinco individuos, explora la universalidad de la condición humana en el contexto sociopolítico cubano. Los protagonistas son un anciano postrado, un hijo ausente, un sepulturero católico y ex-presidiario rechazado por la sociedad, una madre que sufre la desaparición de su hijo en el mar, mientras intentaba llegar a los Estados Unidos, y un escritor que decide exiliarse como forma de resistencia cultural, al sentir que su singularidad está siendo asfixiada. En un día común, estos personajes, despojados de cualquier voz oficial, revelan sus luchas y sus vivencias más íntimas, retratando el dolor, la esperanza y la lucha por la supervivencia.
Con motivo de esta proyección en Barranquilla, surgió la oportunidad de entrevistar a Eliécer Jiménez Almeida, director del cortometraje. La entrevista giró en torno a su labor como cineasta y defensor de los derechos humanos, así como a la importancia del cine en la lucha por estos derechos. Jiménez, graduado en periodismo por la Universidad de Camagüey en Cuba, se exilió en Miami después de enfrentarse a la represión política en su país. A lo largo de su carrera, ha producido diversas obras centradas en la defensa de los derechos humanos, además de desempeñarse como docente y productor en una cadena televisiva.
Ángela Mariottiz (A.M.): ¿Cómo ha sido tu recorrido como cineasta en el ámbito de los derechos humanos, particularmente en un contexto represivo como el de Cuba? ¿Qué desafíos específicos has enfrentado y cómo los has enfrentado?
Eliécer Jiménez Almeida (E.J.A.): Mi recorrido como cineasta ha sido una constante lucha por visibilizar las voces silenciadas en Cuba. Trabajar en un entorno represivo significa enfrentarse no solo a la censura estatal, sino también al aislamiento social y profesional que viene con denunciar las injusticias. Los desafíos han sido múltiples: desde la confiscación de material hasta la amenaza constante de represalias. Mi respuesta siempre ha sido la misma: seguir adelante; utilizando recursos mínimos y una narrativa honesta que busque reflejar la realidad sin filtros. El cine independiente en Cuba no es solamente una forma de expresión poética; es también un acto de resistencia política.
(A.M.): ¿En qué momento decides salir de Cuba, y cómo ha sido tu proceso de adaptación en el exilio?
(E.J.A.): Decidí salir de Cuba cuando comprendí que mis posibilidades de creación estaban completamente asfixiadas por la vigilancia y el control. Mi proceso de adaptación en el exilio ha sido difícil pero liberador. En Miami he encontrado las herramientas para desarrollar mi trabajo sin miedo. El desafío ha sido conectar con un público cubano que muchas veces desconoce la profundidad de la realidad de la Isla, y que incluso yo, siendo una persona muy informada, la desconozco o la reconozco parcialmente, como ellos. Entonces hay que navegar en este mar de opiniones mediatizadas o radicalizadas y salir a flote. No obstante, son tan cubanos como yo y nos expresamos en el mismo lenguaje.
(A.M.): Una de las noticias globales más controversiales ha sido la victoria de Donald Trump. Desde tu perspectiva, ¿cómo podría influir su regreso al poder a Cuba, considerando las sanciones económicas vigentes y las políticas migratorias más estrictas?
(E.J.A.): El regreso de Trump al poder podría endurecer aún más las sanciones económicas, lo que afecta tanto al régimen como al pueblo cubano. Al mismo tiempo, estas tensiones también podrían aumentar la visibilidad internacional de las condiciones en Cuba, algo que podría ser aprovechado por los que luchamos por un cambio. Con Trump nunca se sabe. Habrá que esperar.
(A.M.): Durante el IV Festival de Cine por la Democracia, se evidenció el desconocimiento que existe en las universidades colombianas, tanto públicas como privadas, sobre la situación de derechos humanos en Cuba. Desde tu rol como docente, ¿qué retos identificas para incluir estas realidades en el entorno académico? ¿Qué otros obstáculos ves en el escenario académico frente a los regímenes no democráticos?
(E.J.A.): El principal reto es romper el mito romántico que muchas veces se tiene de Cuba como un modelo idealizado. Esto requiere no solo acceso a información confiable, sino también un cambio en las narrativas académicas predominantes. Otro obstáculo es la autocensura en entornos académicos que temen abordar temas sensibles por miedo a represalias o controversias.
(A.M.): ¿Cuál es la principal motivación de hacer cine independiente en Cuba, teniendo en cuenta que existen grandes restricciones hacia las iniciativas autónomas de la sociedad civil e incluso restricciones tácitas dentro de la legislatura cubana como el decreto 349? ¿Las producciones van dirigidas a sujetos internacionales, son el producto de un activismo interno, o ambas?
(E.J.A.): La motivación principal es crear un espacio para esa otra verdad sobre Cuba que no tiene espacio en los medios oficiales. Mi trabajo no es especialmente didáctico, sin embargo, todo el cine, por experimental que sea, tiene un componente de aprendizaje. En mi caso particular me gustaría acercar a un público internacional, para visibilizar la realidad cubana y a los propios cubanos, para despertar conciencia crítica y esperanza de cambio. Es un equilibrio quizá, entre arte, activismo y proyección global.
(A.M.): ¿Qué recursos audiovisuales utilizas en tus proyecciones para transmitir efectivamente el mensaje que deseas? ¿Cuál es el mensaje que como director le transmites a los espectadores?
(E.J.A.): Mi realidad económica me ha obligado a asumir un estilo minimalista. A diferencia de lo que dicen los medios oficiales en Cuba, a la CIA ni al gobierno de los EE. UU. no les interesa el cine o el arte cubano, ni siquiera creo que les interese tanto Cuba como país ¿Qué puede ofrecer Cuba al mundo para que EE. UU. quiera derrocar su gobierno? ¿Si EE. UU. hubiera querido apoderarse de Cuba qué se lo impediría? Entonces, volviendo al cine de Eliecer Jiménez Almeida, creo que he podido hacer películas porque optimizo mis recursos en función de mi discurso, una mezcla de minimalismo con optimismo.
(A.M.): ¿En qué medida lo que se presenta en el cortometraje ‘Persona’ es una realidad que refleja las vivencias de la mayoría de los cubanos?
(E.J.A.): ‘Persona’ es una metáfora de las múltiples máscaras que los cubanos deben usar para sobrevivir en un sistema represivo. Aunque no refleja literalmente las vivencias de todos, captura la esencia de la alienación, la censura y la lucha interna que muchos enfrentan.
(A.M.): Cuba es reconocida por tener espacios de creación artística altamente valorados en América Latina, así como por logros en áreas como la salud. Sin embargo, algunos argumentan que estas instituciones reproducen una cierta aquiescencia hacia el régimen. ¿Qué opinas sobre el papel del arte en este contexto? ¿Es posible que los espacios artísticos se conviertan en plataformas para realmente cuestionar el poder?
(E.J.A.): El arte en Cuba tiene el potencial de cuestionar el poder, pero está atrapado en una dualidad. Muchos espacios están cooptados por el régimen y sirven para legitimar su narrativa. Hay artistas del sistema que, desde dentro de sus estructuras, logran introducir alguna crítica sin demasiado riesgo, y por otra parte hay un grupo muy pequeño de artistas e intelectuales que si están radicalmente en contra del régimen y sufren persecución, cárcel o exilio. El verdadero cambio vendrá la mayoría estemos dispuestos a romper completamente con estas dinámicas.
(A.M.): ¿Qué impacto sobre la sociedad cubana crees que tendrían tus obras si hoy -hipotéticamente- se proyectaran en la isla, considerando la censura y el control sobre los espacios culturales?
(E.J.A.): No existe un mundo ideal. De momento se ven clandestinamente que es bien importante.
(A.M.): ¿Crees que existe una autocensura por parte de los propios cineastas? En tus palabras, ¿cómo llega un artista/productor a este punto?
(E.J.A.): Sí, la autocensura es real y a menudo el resultado del miedo y la necesidad de sobrevivir. Un artista llega a este punto cuando siente que las consecuencias de hablar son más grandes que el impacto de su obra. Es una forma de protegerse, pero también una trampa que limita la creatividad y la autenticidad. Yo he tratado de mantenerme firme a mis convicciones sobre el arte, el cine, la política y Cuba, el precio ha sido el exilio.
(A.M.): Algunos artistas dentro de Cuba trabajan en colaboración directa con el régimen. ¿Cuál es tu opinión sobre este tipo de alianzas? ¿Crees que son una forma de sobrevivencia o una falta de compromiso con los derechos humanos?
(E.J.A.): A estas alturas, después de sesenta y cinco años de dictadura no entiendo como hay artistas siguen colaborando con el régimen cubano. Quisiera entender que para algunos es una cuestión de supervivencia, pero estas colaboraciones perpetúan el sistema represivo que nos humilla a todos. Creo que hay un punto en el que cada artista debe decidir qué es más importante: su comodidad personal o su responsabilidad ciudadana. Esta es una pregunta difícil.
(A.M.): En tu experiencia, ¿qué estrategias deberían adoptarse para democratizar el acceso al cine independiente en contextos donde el autoritarismo controla los medios de comunicación y las narrativas culturales?
(E.J.A.): Es esencial crear redes internacionales de apoyo que brinden recursos y plataformas a los cineastas independientes. También debemos fomentar la distribución clandestina y el uso de tecnologías como las redes privadas para difundir contenido dentro de estos contextos autoritarios. Esta es otra pregunta difícil.