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FORO CUBANO Vol 6, No. 59  – TEMA: TESTIMONIOS DE LA CRISIS MIGRATORIA EN CUBA

Entrevista a Oscar Casanella Saint 

Vistas

Por: Sergio Ángel

Agosto 2023

Oscar Casanella Saint es un activista cubano, Bioquímico de profesión, nacido en La Habana. Se desempeñaba como profesor de la Universidad de la Habana y como investigador agregado del Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR). En 2016 fue expulsado de la facultad de Biología de la Universidad de la Habana donde se desempeñaba como profesor adjunto, pero sin recibir salario alguno, por vínculos de amistad con opositores políticos.  

 

Sergio: Quería entrevistarte a ti, Oscar, por el protagonismo que has tenido en varias de las situaciones de los últimos años en Cuba. Tú tienes una situación migratoria bastante particular por la ruta compleja que decidiste tomar para migrar y sobre todo porque estabas en compañía de tu familia. Yo quisiera, más desde la parte testimonial, que hablemos a propósito de esa experiencia migratoria desde el momento en que decidiste salir de Cuba y lo que ha sido tu vida hasta este momento y el tiempo que llevas en Estados Unidos. Quiero que me cuentes cuál era tu situación antes de salir de Cuba y cómo era tu situación en términos de vigilancia que estabas viviendo por parte de la seguridad del Estado antes de tomar la decisión de salir de ahí. 

 

Oscar: Yo no soy el cubano promedio que tiene planificado salir de Cuba. Yo tuve la oportunidad de conocer otros países. Hice una beca en el año 2008 en Madrid, después del 2009 al 2011 estuve dos años en Suiza y también conocí República Dominica. Siempre regreso a Cuba, amo la cultura cubana. Antes de esos viajes mi situación económica no era buena pero después de mi beca en Suiza ahorré y mis padres lograron encontrar un trabajo en Angola de forma independiente. Nosotros en Cuba, desde el año 2012, creamos un pequeño negocio de transportistas como una agencia de turistas. Estábamos económicamente más cómodos que el cubano promedio. Sin embargo, en los últimos años que yo empiezo a ser visible a eso del 2013 por mi apoyo a mi amigo de porno para ricardo, muy crítico contra el gobierno cubano, a partir de ahí fue aumentando y creciendo la vigilancia y las medidas represivas en mi contra. En el año 2016 me expulsan de mi trabajo que era el Instituto de Radiología y Oncología cubana, yo era investigador de cáncer desde hace doce años. Me expulsaron ese mismo año de la Universidad de la Habana donde impartía clases de inmunología. En el año 2020 participé en el diseño y coordinación de una encuesta de opinión pública y me doy cuenta de que más del 70% de las personas, de los cubanos, querían un cambio radical en Cuba. Querían pluripartidismo y libre mercado. A partir de eso empiezo a participar más en espacios públicos. Entonces participó en un performance el 31 de octubre del 2020 reclamando libertades económicas y unos días después, en el acuartelamiento de San Isidro por la liberación de Denis Solís González, uno de los miembros del movimiento. Tras el acuartelamiento de San Isidro me hice más visible y aumentaron los actos de represión y vigilancia en mi contra. El 27 de enero de 2021 fue mi último esfuerzo por el activismo en una movilización en frente del Ministerio de Cultura. A partir de ahí yo estuve un año, ese año de 2021, en prisión domiciliaria. Tenía una patrulla de policía frente a mi casa. A mí esposa y a mí nos cortaron los servicios de telefonía móvil. Lo que yo lograba hacer era que, gracias a algunas personas que pasaban frente a la casa me servían de puente o me prestaban temporalmente su celular para evadir la censura y el bloqueo del monopolio de comunicaciones. Ese último año no pude hacer nada, no pude seguir haciendo activismo. Logré sobrevivir vendiendo los muebles, los libros, mi ropa, mi guitarra y con el apoyo de mis suegros y amigos muy cercanos que se arriesgaban e iban a mi casa a pesar de que eran intimidados por la policía política. Fue un año muy fuerte, llegó un momento donde yo no veía salida. Vi que no podría sobrevivir más tiempo. Era insostenible. Mi esposa quedó embarazada en ese contexto y no quisimos interrumpir ese embarazo. Era un hijo deseado. Un día cercano al 15 de noviembre, donde había un llamamiento a la protesta nacional que reclamaba la liberación de los presos políticos del 11J, los propios agentes de la policía política que estaban frente a mi casa, y que evitaban que yo saliera, me informan que me iban a permitir salir por unos días exclusivamente para que yo hiciera los trámites necesarios para salir del país. Que tenía una ventana de tiempo de aproximadamente un mes ya que estaban gastando muchos recursos en mí. Si yo no me iba pronto conforme a ese tiempo que me daban, me iban a procesar y encarcelar. En este tramo de tiempo hicimos los trámites del pasaporte. En Cuba cada dos años hay que hacer una prórroga para el tema del pasaporte. Averigué para salir por Panamá, incluso por Europa e incluso por Nicaragua. La apertura por Nicaragua que fue bastante tardía, también la contemplamos. 

 

Sergio: Ese mes cuando tu empiezas a hacer todos los trámites, fue un mes en el cual seguías estando vigilando e inclusive vendiste tus cosas, ¿Cómo tomaste la decisión de migrar pese a que no lo había planeado? 

 

Oscar: Para mí fue muy doloroso. Mi familia y yo habíamos hecho un patrimonio en Cuba. A pesar de eso ya mi vida era insostenible. El último mes hubo vigilancia aunque me dijeron que ese último mes no me iban a vigilar. El 10 de octubre no pude salir de mi casa. El 10 de octubre, que era el aniversario del inicio de la Guerra por la independencia de la liberación del pueblo español, me impidieron salir. Y era uno de esos días que la policía política me permitió devolverme temporalmente mi libertad. Continuó la vigilancia, y muchos vecinos me contaban “tienes un séquito de agentes de la policía política siguiéndote a todas partes de una distancia entre 50 metros y 100 metros”. Me perseguían y además yo lo veía. Yo tuve que hacerme la prueba del COVID-19 para viajar, y en la clínica ahí estaban agentes de la seguridad del Estado, que ya conocía sus rostros, con una moto. Llegaron cuando nosotros llegamos y nos siguieron. Era evidente la vigilancia, querían que yo lo supiera y que además las personas que me rodeaban lo notaran. 

 

Sergio: Oscar, ¿Y por qué tomaste la decisión de irte por sudamérica con todo lo que eso implica? 

 

Oscar: Una de las opciones era viajar hacia Rusia. Primero, yo tenía poco tiempo y estaba evaluando lugares que no exigieran trámites alargados de visa. Había iniciado un trámite de visa por Panamá pero no podía esperar una respuesta de ellos. Todavía Panamá no me ha respondido. Una opinión que evalúe fue ir a Rusia pero realmente en Rusia yo ya tenía el testimonio de personas que habían tenido pésimas experiencias y que incluso habían sido devueltas a Cuba, en un lugar donde el idioma y la idiosincrasia es muy distinta y no había apoyo, ni ningún tipo de acogida por parte de ninguna persona. El otro país que recientemente había abierto esa posibilidad era Nicaragua para pasar por Estados Unidos, donde sabemos que la influencia de la policía política ahí era mucho menor y existía una comunidad cubana grande que nos podía brindar ayuda y protección. Nosotros no nos sentíamos seguros en ningún país de Latinoamérica. Yo vivía un nivel de paranoia grande en República dominicana en 2018. Recuerdo que yo estaba viajando en una aerolínea de RD y varios directores de la aerolínea eran afines al chavismo. Fui interrogado por supuestos funcionarios de esa aerolínea, y aquel interrogatorio fue como el de la política, me preguntaron que a qué había ido yo a República Dominicana, si yo había visto más activistas contra el régimen cubano en RD, me dijeron que no podía usar las redes de internet para denunciar al régimen cubano. Después fueron amenazas por parte de los funcionarios. Yo vivía con una paranoia y no me sentía seguro en ningún país de América Latina. En mi paso por Colombia también temí que hubiera un cambio de Gobierno con un nuevo ejecutivo muy cercano en relación a la ideología del régimen cubano.  

 

Sergio: Cuéntanos un poco del tiempo que estuviste en Colombia. Tu habías hecho escala en Colombia y te regresaron al aeropuerto de Bogotá y había riesgo de que te devolvieran a Cuba, ¿Qué pasó allí? 

 

Oscar: Cuando yo salgo de Cuba, salí con la posibilidad de viajar a Managua, Nicaragua o viajar a ciudad México ya que dimos con un supuesto abogado mexicano en Cuba. Ahora que lo pienso probablemente era un estafador o era alguien que trabajaba para el régimen cubano. Ese señor nos prometió, por una suma alta en dólares, nos aceleraba un visado por contrato de trabajo para poder viajar todos hacia México. Que era totalmente legal pero que se violaban los plazos de trámite. Estábamos desesperados así que, con nuestros ahorros y ayuda de familiares pagamos, y lo que sucedió fue que cuando llegamos a México DF, haciendo escala en Bogotá, nos retuvieron y nos dijeron que nuestros papeles eran ilegales. Separaron a mi esposa embarazada con mi hijo de 4 años, a mí me llevaron a otro lugar. Estábamos en un centro de retención, nos quitaron el dinero, nos quitaron el equipaje y nos quitaron los cordones. Estábamos presos en un lugar sin ningún tipo de privacidad. Estuvimos más de 48 horas. Se nos negó la posibilidad de pedir asilo político. Nos decían que si lo pedíamos era seguro que el proceso no fuera posible o que iba a durar 6 meses más y que mi esposa iba a dar a luz en la cárcel. Nos obligaron a firmar una carta para salir del aeropuerto siendo deportados hacia atrás. Frente a aquel panorama firmamos solamente para salir de ese escenario puntual. Pero cuando fuimos regresados por la aerolínea Avianca, regresamos al dorado en Bogotá. Allí nos devolvieron los celulares, pero no los pasaportes. Nos pudimos comunicar con amigos para comentar que había pasado. Nos resistimos a que nos deportaran en Cuba ya que éramos perseguidos por motivos políticos. Estuvimos una semana durmiendo en el piso, sin poder bañarnos y consumiendo toda la comida con lo que nos quedaba de dinero. Recibimos tu ayuda y auxilio de periodistas, y finalmente migración Colombia permitió la entrada de una funcionaria de ACNUR dentro de la sala del aeropuerto que nos interrogó y nos informó sobre nuestra situación. Migración Colombia nos dio un salvoconducto para trámites judiciales ya que habíamos empezado ya un proceso de ayuda humanitaria con mi hermana que está en Estados Unidos. Exploramos otras formas a través de un panel humanitario, pero durante esos días no estaba funcionando la embajada americana. En esa estancia nos pusimos la vacuna en Bogotá de forma gratuita. Nosotros solo contábamos con nuestro pasaporte y un cuño del pasaporte que nos permitía estar un tiempo en Colombia. El tiempo que estuvimos en Bogotá, también lo utilicé para llevar esta idea del estado de opinión de los colombianos y vi que muchas personas querían un cambio de la política de Colombia. Dije que no quería correr el riesgo de un cambio de gobierno en Colombia ante la subida de Petro. Subimos camino a Nicaragua sabiendo que era muy probable que Nicaragua nos rechazara otra vez, aunque no pidiera visa. Esta segunda vez que intentamos nos dijeron que era porque mi familia no era bienvenida a Nicaragua y teníamos prohibida la entrada. Sabiendo que era muy probable que nos prohibieran la salida a Nicaragua planificamos el viaje a Costa Rica evadiendo la selva del Darién. Pasamos por costa rica y seguimos un viaje irregular por tierra escondiéndonos de todas las instituciones migratorias de centro américa.  

 

Sergio: Oscar, sales de Costa Rica e inevitablemente debes salir por México, ¿Cómo te arriesgaste a pasar por México teniendo en cuenta el antecedente de cuando ya habían salido de allí deportados? 

 

Oscar: Cuando yo salgo deportado de México salimos con una “alerta migratoria” en la cual yo tengo prohibido, (mi familia y yo), volar y viajar hacia México. Los dos países donde lo pasamos peor fue en Colombia y Nicaragua. En los dos países fue muy fuerte desde el punto de vista psicológico. Yo no dormía. Ambos países eran hostiles y más en Nicaragua por cuestiones políticas. México había dicho que las aerolíneas y aeropuertos no nos podían permitir la entrada. El tránsito por esos países fue muy estresante y muy difícil. Los medios de transporte fueron muy complicados. No pasamos por ningún lugar de chequeo migratorio. Tuvimos que pasar por ríos, hacer cabalgatas. Mi esposa ya tenía por ese entonces unos siete meses de embarazo y ella tuvo un desgaste tremendo. Los coyotes, que son las personas que uno les paga para que te instruya y te ayuden para vencer los diferentes trayectos, se aprovechaban de tu vulnerabilidad y podían pedir altas sumas. No había ninguna garantía. Uno corría un altísimo riesgo y estaba totalmente en la voluntad de ellos. Eso también aumentaba el estrés psicológico. Todos terminamos deprimidos cuando llegamos a la frontera sur de USA. Yo tenía hongos en los pies, fueron muchos días sin bañarnos y con mucha humedad. Muchos días sin dormir y entonces llegamos con una gripe, que después fue una influenza y después nos detectaron COVID ya en Estados Unidos. El primer mes en Estados Unidos estuve en cama y me tuvieron que ingresar en un hospital. 

 

Sergio: Oscar, cuando llegas y te presentas en la frontera Sur, ¿Qué pasó contigo? ¿Los dejan entrar sin problemas? 

 

Oscar: Nosotros cruzamos ese día desde Ciudad Juárez hasta El Paso Texas. Tuvimos que hacer una corrida de 150 metros para huir de las patrullas mexicanas. Cuando llegamos a Estados Unidos nos detienen de una forma muy respetuosa la patrulla americana. Ahí fue un momento de mucha emoción para nosotros. Lloramos por ese alivio y por haber vencido ese objetivo y sentirnos a salvo. Durante dos días estuvimos dando nuestros documentos. Nos separaron, en este caso separaron a mi esposa por estar embarazada y yo me quedo con mi hijo de cuatro años. Nos despojaron de todo, hasta la ropa. Mi hijo llevaba un peluche con el que dormía y lo tuvimos que entregar. No tuvimos una retroalimentación sobre cuánto tiempo nos podíamos quedar. Yo llevo una carpeta con las citaciones de la policía política. Llevo en la carpeta también un documento de cuando yo había sufrido un accidente en Cuba el 5 de agosto de 2015 por un choque con un camión del ministerio del interior cubano en el que casi morimos. Yo lleve muchas pruebas en documentos escritos, impresos. Yo esperaba una entrevista de miedo creíble. Nos liberaron después de unos días sin esa entrevista de miedo creíble y nos liberaron con una orden de deportación pero que te permitía solicitar asilo político, y fue lo que hicimos, solicitamos asilo político.  

 

Sergio: Oscar, déjame entender algo. Te piden que llenes esa forma o haces la solicitud de asilo, una vez que haces la solicitud de asilo, ¿Qué pasa ahí? 

 

Oscar: No me hacen entrevista de miedo creíble. Ahí yo no tengo poder de decisión de nada en ese centro de detención. Nos volvimos a ver con mi esposa unos días después y nos dijeron que nos iban a llevar a un lugar para darnos un formulario con el cual nos entregaron también un teléfono que servía como un grillete electrónico que informaba de mi posición en el espacio a las autoridades migratorias. A través de ese teléfono cada cierto tiempo nos enviaba una alarma y yo tenía que hacerme una foto y enviarla inmediatamente. Me habían pedido también la dirección de un familiar que me fuera a acoger en Estados Unidos. Di la dirección de mi hermana y ellos decían que yo no podía alejarme de esa posición más de 70 millas. Yo estaba limitado en el espacio a moverme. Además, este formulario como te lo mencionaba, tenía una orden de deportación, pero también daba la posibilidad de solicitar asilo político incluyendo un día de cita con la policía de migración de Estados Unidos y bueno, fuimos a esa cita. 

 

Sergio: Te dan el formulario, ¿Y ustedes salen inmediatamente de la frontera a Miami?  

 

Oscar: No, cuando te digo que el día 16 de enero nos despojaron de todo ahí nos dieron un nylon donde podíamos poner las cosas más importantes que nos iban a ser devueltas. Pusimos nuestros teléfonos celulares, nuestros documentos de identidad cubana y creo que mi esposa puso su anillo de compromiso y la carpeta con estos documentos que incluían pruebas de mi persecución política, pero todo lo demás lo perdimos incluyendo el juguete que era un amuleto para mi hijo. 

 

Sergio: Y te llaman a los dos días y te entregan el formulario de tal manera que les devuelven las cosas y pueden salir.  

 

Oscar: Exacto. A los dos días mi esposa y yo nos volvimos a ver en el medio de transporte que nos lleva a otro lugar en El Paso Texas donde nos entregan el formulario y nos entregan nuestras pertenencias de identidad y de comunicación. 

 

Sergio: ¿Y ahí qué hicieron? ¿Qué tomaron para llegar hasta Miami?  

 

Oscar: Ellos nos llevaron a todos hacia un centro de acogida del refugiado que pertenece a una ONG de una iglesia donde nos acogieron muy bien. Fueron muy amables y nos dieron ropa y nos permitieron utilizar teléfonos privados de las personas que estaban allí para comunicarnos con nuestros familiares. Ahí pudimos comunicarnos con mi hermana para comentarle sobre nuestra situación y ubicación. Así mi hermana pudo gestionar la compra de los pasajes para nosotros llegar a Miami que era el lugar en el que decía este formulario que nosotros debíamos estar localizados. Además de ese formulario te entregan con esa forma un documento que sustituye un pasaporte válido para moverte en el país dentro de un determinado tiempo. 

 

Sergio: Llegas a Miami y empiezas tu proceso para quedarte en Estados Unidos, ¿Qué ha pasado desde entonces hasta la fecha, Oscar?  

 

Oscar: Bueno, primero ha sido muy bonito porque me he reencontrado con mi familia y con amigos que hace décadas no veía. Por otra parte, he sido parte de una gran ola migratoria y lo que ha sucedido es que todos los trámites migratorios y las oficinas se han colapsado, y se han prolongado los períodos de trámites. Yo inicie el trámite para una licencia de conducción en mayo de este año, ya que ese documento te sirve como identidad, y todavía no me ha llegado la tarjeta. También estoy pidiendo un permiso de trabajo, pero no me ha llegado. Prácticamente todos los trámites se han demorado mucho. Las entrevistas para la seguridad social también han sido complejas. Estuvimos días y días llamando a seguridad social y cuando logramos contactarnos la cita tardó meses. Luego, en una oficina que ayuda a familias con niños, pudimos lograr un seguro que otorga el gobierno, un seguro médico, y una ayuda que es imprescindible. Ahora como migrante, si me pidieran una retroalimentación, pediría que, como estoy en edad económicamente activa, me agilizaran los trámites para que me dieran un permiso de trabajo. Prefiero eso y no necesitar esta ayuda en comida y seguro médico. Esa es mi visión por lo menos, ya que disminuirían el gasto público para el país que nos acoge y aceleraría el proceso de integración con el mercado laboral. Pero bueno, si comparas la política migratoria de USA con otros países es mucho más amigable porque yo recuerdo que yo indague en Colombia y también en Costa Rica y los procesos son más exhaustivos y exigentes en cuanto a la aprobación de las visas. En Colombia el proceso tarda unos tres años.  

 

Sergio: Oscar, de este año que pasó, de ese año de tu salida en Cuba sabiendo que no eras un migrante cualquiera debido a tu carrera tan exitosa en Cuba y que a causa de la percepción política terminaste siendo obligado a migrar, ¿Cómo calificarías esta migración? porque tú eres unos de los más doscientos veinticuatro mil cubanos que entre noviembre de 2021 y septiembre de 2022 entraron a Estados Unidos.  

 

Oscar: Los migrantes somos heterogéneos en cuanto a experiencias y formas de ver la vida. Yo creo que hay un motivo y un factor común y es que la vida en Cuba es insostenible a nivel económico. Un segundo factor común es que todos estábamos viviendo con miedo en Cuba. No solo los activistas, sino también el cubano promedio, porque el sistema cubano está diseñado para la ilegalidad. Para sobrevivir debes salir de la legalidad. Tienes que hacer negocios y trabajar sin licencias, evadiendo controles. Además, el miedo a una represalia por tu opinión económica o política. Incluso si uno se queja por una negligencia médica eso se convierte en una represalia política. Yo creo que esos son dos factores comunes, porque es insostenible vivir en cuba y psicológicamente por el miedo de vivir en cuba. En mi caso particular el miedo era terminar en una cárcel, porque casi todos mis amigos, y los acuartelados de San Isidro, terminaron en la cárcel. Todavía mi amigo Manuel alcántara está en la cárcel. Muchos activistas que conozco. 

 

Sergio: ¿Tú crees Oscar qué esta es otra generación perdida? ¿O que están en la cárcel o que se fueron al exilio? 

Oscar: Es difícil porque a mí no me gusta decirle generación perdida. Nadie sabe si juegan un papel importante en el futuro de Cuba. Yo soy muy optimista, pienso que el régimen va a terminar. Pienso que la situación del régimen es crítica. Yo no veo al régimen mantenerse más de 5 años si no hace cambios en lo económico y en lo político. Yo pienso que los presos y migrantes van a participar en la nueva realidad política de Cuba. Ahora mismo me mantengo optimista. Lo que me duele es este proceso, ya que la economía cubana va en caída. La inflación continúa subiendo, la escasez continúa creciendo. Las personas que yo deje en Cuba están sufriendo y están deprimidos. Se sienten maltratados por el sistema actual, y ellos también coinciden con el hecho de que esto siga mucho más tiempo. Yo creo que en muchas sociedades las dinámicas cambian cuando hay un desbalance entre el miedo que sienten los ciudadanos y el nivel de hambre y necesidad. En Cuba lo que ha pasado es que cuando hay más hambre y necesidades las personas pierden el miedo. Lo que me temo es que la salida se dé con un cambio violento.  

 

Sergio: Oscar y finalmente, teniendo en cuenta que tu familia migró contigo, ¿Te arrepientes de haber migrado o crees que fue lo correcto?  

 

Oscar: Ahora mismo creo que fue lo correcto. Si yo analizo en el corto plazo, y tomando como punto el presente, no me arrepiento porque mi salud física y psicológica ha mejorado. Nos sentimos más seguros. Si me voy a arrepentir probablemente sea en el futuro si cambian las cosas en Cuba. Si hubiera aguantado un poco más y hubiera hecho el cambio desde adentro, pero ahora mismo no, tuve que dejar de ser egoísta porque uno no es un ente aislado y sufre muchísimo la familia, sobre todo mis hijos que dependen de mí. Nosotros en Cuba ni siquiera nos sentíamos seguros yendo al médico, a las instituciones de salud. No nos vacunamos en Cuba ya que teníamos el antecedente de personas que les inocularon virus como el Sida.  

 

Sergio: Oscar, muchas gracias por esta entrevista.

 

Oscar: Muchas gracias por la entrevista porque quiero que se conecte no solo mi caso particular sino para que se sepa todo lo que sufren los emigrantes cubanos. Todavía estoy en un período de adaptación, de regularización. Yo siento que no encajo en ninguna parte, yo extraño muchas cosas de Cuba, a las amistades y los amigos que deje. 

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