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TEMA: EL PERIODO PRE REVOLUCIONARIO

Vivir antes de la Revolución: Entrevista a Armando Chaguaceda

Armando Chaguaceda es un politólogo e historiador cubano especialista en el estudio de la sociedad civil y el régimen político en Cuba, junto con Rafael Rojas trabajó en el libro “El cambio constitucional en Cuba” (2017), y es autor de innumerables textos sobre el socialismo y su proceso en el país. Es magíster en Ciencia Política de la Universidad de La Habana y Ph(D) en Historia y Estudios Regionales de la Universidad Veracruzana; hoy en día, es profesor investigador en la Universidad de Guanajuato, México.

El 14 de Noviembre del presente año, en Ciudad de México, se reunió con el profesor Sergio Angel para conversar sobre la Cuba pre- revolucionaria, la manera en que la vivió el cubano de a pie, y los ánimos revolucionarios que - luego- despertaron en Fidel. A continuación, presentamos los frutos de la entrevista.

 

Sergio Angel (S.A): De Forma general, ¿cómo consideras que afectó la Revolución Cubana la vida cotidiana del cubano de a pie?

 

Armando Chaguaceda (A.C): Bueno, como toda revolución radical implica un cambio de estructuras sociales, económicas y políticas, cambió la vida y las percepciones de la población cubana; por ejemplo, el proceso de alfabetización implicó que miles de personas se trasladaran de zonas urbanas a las rurales, interactuando con familias campesinas y con una realidad que desconocían. La burguesía, sectores de la clase media - que es importante pues se vio orillada al exilio en diferentes olas- y sectores populares, accedieron a nuevos trabajos, a estudio, y a educación superior. En términos de vida cotidiana, por ejemplo, creció el consumo para los sectores más desfavorecidos. Sin embargo, se restringió el consumo para otros sectores de la población por el efecto de las políticas de Estados Unidos, del embargo, la política de racionamiento alimenticio, y las propias deficiencias del modelo económico que fue implementado. Entonces, se movió la estructura social, el modelo económico mutó de una economía mayormente privada a una economía mayormente estatal, y se implementó en ese nuevo orden de la mano del campo socialista, en ruptura con Estados Unidos y el resto del hemisferio.

 

S.A: Respecto a lo que decías, hay dos visiones contrarias en lo que tiene que ver con indicadores en materia de derechos sociales y económicos. Hay quienes dicen que, por ejemplo, el acceso a la educación superior sí aumentó pero no como intenta mostrar la Revolución, ¿cuál es tu concepción respecto a esta mirada en términos de garantía de derechos sociales y económicos, producto de la Revolución Cubana?

 

A.C: Para sectores campesinos y sectores empobrecidos urbanos hubo movilidad social, de hecho, fue la primera vez que muchas familias accedieron a la educación media y superior, y el flagelo de analfabetismo fue abatido por la campaña de alfabetización. La importancia de la movilidad social ascendente radicó en sectores empobrecidos. En las décadas del 60 y 70, cuando ya había un crecimiento más sostenido de esa inclusión en el sistema educativo y un sistema de salud que mejora, cuando ya el modelo es plenamente aceptado por socialistas con el subsidio de la Unión Soviética, es cuando comienza a dar fruto. Ahí te das cuenta de los cambios.

 

S.A: En términos de derechos civiles y políticos, sobre todo referentes al cuestionado artículo 62 de la Constitución del 76. ¿Hubo una continuidad o punto de quiebre en términos de esa persecución al opositor?

 

A.C: Cuando hay un orden político como el que emerge en el 59, monopartidista, reconocido oficialmente, todas las actividades públicas se pueden ejercer de acuerdo al modelo de la Revolución, es decir, para el socialismo y para lo que el partido define como socialismo. Efectivamente, hay una limitación al reconocimiento de otras formas de describir tal organización política. El artículo expresa una situación de continuidad de rupturas respecto a la coyuntura del 40, por ejemplo, a lo que fue el régimen de Batista, que suprimió de facto derechos de la oposición y derechos de la ciudadanía. Luego de eso, con la interrupción al orden constitucional en Cuba y la radicalización de la oposición, tiene una curiosa continuidad en los 60 con un escenario de guerra civil, entre los revolucionarios triunfantes y sus enemigos. Y, posteriormente, tiene un sanción en el 76 con la Constitución vigente que es de tipo soviética.

 

S.A: En términos de la legitimidad de la Revolución ¿la imagen que tenía la Revolución antes sí hacia probable pensar que se produjera en términos del apoyo a esta insurrección? ¿cómo clasificarías esa post Revolución en términos de legitimidad?

 

A.C: A ver, yo creo que la legitimidad de origen de una revolución emana de los primeros actos revolucionarios, es decir, de la ruptura en la vida cotidiana que mencionaba en la primera pregunta. Así, la revolución que tuvo Cuba dio origen a una legitimidad, incluso para otras revoluciones y para otros revolucionarios. En los primeros años de Fidel se ve que había un apoyo masivo que, posteriormente, se fue combinando concierto resultados socioeconómicos, sobre todo para el sector popular.

 

Ya en la década de los 80 había legitimidad de liderazgo, un mayor apoyo al modelo político, y un consumo más de tipo socialista y forma de inclusión social por la vía de la educación, la salud y el deporte. Después, con la crisis de los años 90 eso cambia y se apega a la ideología, hay una creciente deslegitimación que se ve desde los jóvenes y, si bien no se ve una politización opositora, se puede ver una despolitización masiva. Ahora, después de las reformas de Raúl Castro, hay un intento de legitimación por vía de reformas económicas, sin embargo, creo que todavía no hay un nivel de impacto como - por ejemplo- en China o Vietnam, donde se habla de un socialismo por resultado y se mira por desempeño concreto. Al contrario, en Cuba, se habla de un socialismo sostenible y próspero, pero no hay un resultado que diga que hay legitimidad por la vía de una clase media o un consumo que crece. Así las cosas, creo que lo que hay es un deterioro respecto a la posición ideológica, y tampoco se logra dar cuenta de una legitimación por desempeño todavía.

 

S.A: Antes de ese golpe de Batista ¿Cómo caracterizarías la democracia Cubana? esa democracia republicana ¿era una democracia formal o sí había una democracia sustantiva?

 

A.C: Bueno, lo de democracia sustantiva entra en un debate, era formal respecto a instituciones y procesos que funcionaban en una constitución, un parlamento, una estructura de poder regional de las provincias, partidos políticos con vida bastante activa. Sin embargo, creo que era sustantiva, por ejemplo, en el marco de esa democracia donde se negociaron los derechos sindicales, hubo derechos para los trabajadores azucareros, y se apoyó la creación de un Estado Social de Derecho con muchos derechos sociales que se tenían que cumplir. Así, yo creo que el periodo de 1940 hasta 1952 fue el único de una democracia formal, pero con vocación sustantiva.

 

S.A: Fidel Castro, al igual de Hugo Chávez, también estuvo preso después de intentar dar un golpe. Nos podrías contar un poco ¿cómo es ese proceso de Fidel? ¿cómo termina encarnando todo el proceso revolucionario?

 

A.C: Fidel emerge, primero, como un líder estudiantil en los años de la democracia republicana, incluso, iba a contender por una banca en el legislativo pero el golpe de estado de Batista interrumpe esa victoria política. Entonces, junto con otros líderes estudiantiles, encabeza la oposición al golpe, decide que hay actuar por la vía armada y realiza el asalto al Cuartel Moncada, un golpe con civiles armados en la zona oriental del país. Después, efectivamente, va a prisión y es amnistiado por un movimiento de presión popular que aprovechó las instituciones de la democracia cubana, y sale al exilio; en este tiempo prepara la expedición Granma.

 

Su trayectoria es la de un líder que utilizó las estructuras, y los medios que quedaban en la democracia de Batista para capitalizar apoyo político y llegar después al poder, aprovechando los mecanismos y estructuras democráticas que sobrevivían de la dictadura. Desde el inicio del modelo cubano, gracias a la legitimidad de su liderazgo personalista, Fidel Castro, construye una burocracia, que se termina de consolidar en los años 70 con la aplicación del modelo soviético, y que sólo fungirá como grupo social que administra el proceso, las empresas estatales, las instituciones, en fin. No era el grupo del poder, pues quien lo tenía era, más bien, Fidel Castro y un pequeño número de dirigentes cercanos a él, empezando por su hermano Raúl.

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