FORO CUBANO Vol 7, No. 69 – TEMA: Cine independiente y libertad de expresión
El Cine Independiente: una voz por los Derechos y la Democracia
Por: Juan Sebastián Durán Goyeneche
Octubre y noviembre de 2024
La invención del cine a finales del siglo XIX, por parte de los hermanos Lumière, cambió la manera de expresar, compartir y transmitir ideas. Antes de 1895, la mayoría de la difusión de entretenimiento se limitaba a los escritos, libros y dibujos dentro de la prensa escrita. La llegada de imágenes en movimiento permitió transmitir ideas cercanas a la población. A través de rostros, expresiones y sentimientos, se generaba empatía en el público.
La llegada del siglo XX fue el fortalecimiento de una industria naciente, que respondía la transmisión de ideas de una manera masiva y visual. Aunque las primeras proyecciones estaban relacionadas con acciones cotidianas, como la llegada de pasajeros a una estación de tren o el trabajo de los obreros en las fábricas, las ideas políticas empezaron a insertarse en el séptimo arte.
El avance tecnológico durante el siglo XX permitió la producción de largometrajes. Durante los primeros treinta años fueron dominados por el cine mudo, representando en producciones como Tiempos Modernos, siendo una de las primeras críticas hacia el modelo económico, las respuestas del Estado ante tiempos de crisis y la opresión por ideas políticas.
Sin embargo, no sería hasta la salida del largometraje The Great Dictator en 1940. Este metraje fue una burla directa a la figura de Hitler y la defensa de la democracia como sinónimo de paz. A nivel técnico, esta película tuvo un mayor impacto, primero, por la inclusión del sonido, y, segundo, por la actuación de elenco que impactó al mundo occidental.
Más allá de la película, The Great Dictator fue la puesta en discusión de la consolidación de un totalitarismo en un Estado. Esto, siendo una critica a la misma sociedad europea que en la década de 1930 escogió y llevó al poder a dictadores, entiéndase Italia y Alemania. Junto a la amenaza que representaban estos países al expandirse violentamente a nivel interno y por Europa.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las películas con sátira y crítica política empezaron a aumentar. Sin embargo, con la llegada de la Guerra Fría, la dos grandes superpotencias monopolizaron la industria cinematográfica como herramienta utilizada para propaganda.
El siguiente articulo busca demostrar la importancia del cine independiente para la construcción de democracia y los derechos humanos, utilizando dos ejemplos, uno dedicado al siglo XX y uno en tiempos contemporáneos.
El cine como instrumento de critica
En la Ciencia Política se lleva hablando del cine desde su masificación después de la llegada del cine con sonido. Según Sartori, citado en Madriz-Sojo, (2018) en una sociedad con medios de comunicación masivos, el video transforma las decisiones y el comportamiento del ser humano, el cual ya no depende de la cultura escrita. A diferencia de la prensa, el cine le ofrece a la política un número incalculable de herramientas para entender la realidad social que rodea al ser humano.
Aunque durante la Guerra Fría las grandes producciones estuvieron concentradas en las potencias enfrentadas, el cine permitió la democratización de la crítica política al igual que la invención de la imprenta. Según Madriz-Sojo (2018) el cine evolucionó para hacer política, permitiendo en la construcción de formas renovadas de protesta en el mundo mediante el cuestionamiento del poder y demandas de respuestas del Estado a favor de la sociedad.
Durante la Guerra Fría, hubo varios ejemplos acerca de las situaciones internas de cada Estado, pero también sobre la lucha por el poder de la política internacional. Un ejemplo claro es la salida del cine soviético de Yugoslavia al ser expulsado de la Oficina de Información Comunista a los deseos de este país de estar por fuera de la influencia de Josef-Stalin.
Sin embargo, la decisión de Yugoslavia de salir de la esfera comunista, siendo un país sumamente afectado por conflictos internos y mundiales, significó la búsqueda de apoyos internacionales para poder sobrevivir. El cine se integró en esta búsqueda cultural, el país balcánico se encontraba ante dos decisiones a nivel cultural, importar cine de Hollywood o volver a la esfera soviética. La decisión de Josip Broz Tito, líder de Yugoslavia, optó por una política de no alineación, buscando opciones que impulsaran la independencia y resistencia a la intromisión soviética a nivel cultural.
La opción fue optar por un cine invisibilizado para la época, en este caso, el mexicano. Obras como Obra de Vida que narra la historia de un militar que, en condenado a fusilamiento por traición, lleno el corazón de un país antes condenado al aislacionismo internacional. Incluso, permitiendo el intercambio cultural de dos países alejados territorialmente (Diario El Sol de México, 2024).
Otros ejemplos son obras críticas a la guerra, las obras de Oliver Stone como Platoon demuestran la deshumanización de los soldados estadounidense en favor de conseguir objetivos de política exterior durante la guerra de Vietnam (Oliveros Aya, 2010). De igual manera obras como La batalla de Argel, producción ítalo-argelina, en critica a la colonización de África por parte de Europa fue otra de las obras que se construyeron con poco presupuesto en critica a situaciones políticas.
Con la caída de la Unión Soviética, la consolidación de Hollywood fue innegable, quitándole espacios en la esfera pública a producciones independientes. Sin embargo, el cine independiente logró adaptarse a través de las obras documentales, como, por ejemplo, del director Michael Moore, quien sus producciones y han hecho critica al control de armas en Estados Unidos o las decisiones tomadas por el expresidente George W. Bush durante su mandato con respecto a Irak y Afganistán.
La importancia de los “pequeños actores” en el cine independiente
En tiempos recientes, la industria de Hollywood sigue dominando el mercado. Grandes producciones como Los Vengadores, Avatar o los live action de Disney siguen dominando debido a su gran capacidad financiera, publicitaria y comercial en todo el mundo.
No obstante, al igual que el cine se democratizó en el siglo XX, en la actualidad sucedió un fenómeno parecido. El avance tecnológico permitió en el siglo pasado acceder a cámaras y micrófonos de manera comercial, pero las herramientas de edición, postproducción y publicación limitaban el accionar de cineastas independientes que tenían que recurrir a vender sus obras directamente a productoras o cines.
Con la llegada del internet y los teléfonos móviles permitió a la población tener una herramienta de grabación, edición, video y sonido en un solo dispositivo. Junto a la masificación del internet, las personas ya no dependen de intermediarios para la publicación de sus obras, ya que estas se pueden publicar en You Tube, Tik Tok, Facebook o plataformas especialmente dirigidas para este fin sin costo.
Actualmente, cualquier persona puede producir un corto o largometraje con su teléfono móvil y publicarlo. Sin embargo, debido el funcionamiento complejo de las redes sociales o falta de entendimiento, los directores pierden el interés al no lograr visibilizar sus obras. Como respuesta, las sociedades democráticas han respondido abriendo espacios para su proyección en diversos lugares.
En América Latina, estos espacios muchas veces son reducidos, debido a la poca tradición del cine que tiene la región. A pesar de ello, existen festivales que se dedican a promover el cine independiente, en Colombia el Festival de Cine de Cartagena, en Argentina, el Festival Documental de Buenos Aires, en Chile, el Festival de Cine de Valdivia como los ejemplos más significativos.
Las obras con críticas directas al status quo de la situación actual de varios países del continente son muy escasas. Desde los últimos seis años el Festival de Cine por la Democracia ha trabajado en pro de visibilizar situaciones en contra de los derechos humanos y la democracia que se ignoran diariamente. Por ejemplo, este festival ha permitido la proyección de obras como La singular historia de Juan Sin Nada, obra estilo documental del director cubano Ricardo Figueredo Oliva, exponiendo la situación de la pérdida del poder adquisitivo, la perdida de la soberanía alimentaria y la restricción de acceso a servicios básicos que sufre la isla.
Otro ejemplo es el largometraje de estilo narrativo Hijos de la revolución del director venezolano Carlos Caridad-Montero. Esta obra es una representación realista de la debacle del sistema democrático y económico del país petrolero, mostrando las consecuencias para los opositores, exiliados, migrantes y acciones de opresión por parte del gobierno durante los últimos 20 años.
Espacios como el Festival de Cine por la Democracia, le da espacio como a estas dos obras que en sus países de origen están prohibidas y censuradas. No solo como un llamado de acción al cambio, sino un mensaje de atención a los ciudadanos que viven en democracia que creen en las narrativas de países autoritarios que se hacen pasar como “justos” o “en favor de y por el pueblo”.
Desgraciadamente, la crisis de la democracia representativa y la perdida de confianza en el modelo han llevado a los más jóvenes que creer en los Estado autoritarios para la búsqueda de soluciones rápidas y efectivas. El cine independiente y los espacios como los festivales, permiten llevar la realidad del día a día dentro de un régimen autoritario.
En un mundo donde el autoritarismo sigue ganando terreno, el cine y los festivales independientes se convierten en poderosas herramientas para que las y los ciudadanos de América Latina levanten su voz en defensa de sus derechos y de la democracia.
Referencias
Diario El Sol de México. (2024). Yu-Mex: La historia de cómo el cine mexicano y los mariachis conquistaron a Yugoslavia. El Sol de México | Noticias, Deportes, Gossip, Columnas. https://www.elsoldemexico.com.mx/cultura/yu-mex-la-historia-de-como-el-cine-mexicano-y-los-mariachis-conquistaron-a-yugoslavia-11811340.html
Madriz-Sojo, G., Sáenz Leandro, R., Madriz-Sojo, G., & Sáenz Leandro, R. (2018). Ciencia política y cine: Un enfoque para el análisis político desde la Teoría del Discurso. Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, 63(233), 141-167. https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2018.233.59076
Oliveros Aya, C. (2010). Bajo el lente del cine político: La imagen problematizadora. Prolegómenos, 13. https://doi.org/10.18359/prole.2424