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FORO CUBANO Vol 3, No. 25 – TEMA: ARTES Y LETRAS POLÍTICAS –

Dentro de los revolucionarios de la revolución: Aldo y El B “Los Aldeanos”

Por: Valentina Bohórquez Polo

Octubre 2020

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Mucho se habla de la revolución de 1959, de los grandes héroes de la patria cubana, de Fidel, de Raúl, de Camilo y hasta del Ché (no siendo cubano); y pareciera que estos relatos fueran la única realidad que Cuba ha vivido, que no pasó, que seguimos con los discursos motivadores de los cincuenta, y que Cuba es una foto antigua encapsulada en el tiempo. Pero ¿Qué pasa hoy en Cuba?, ¿Cómo es la generación que creció después de la revolución? Pues, hoy en la isla también es 2020, también viven los perjuicios mundiales de la COVID-19 y por supuesto, las generaciones han cambiado, piensan diferente y desafían lo tradicional. Ciertamente, el desafío a lo tradicional se desarrolla de diversas modalidades, no obstante, uno de los recursos más directos y tradicionales para proclamar la voz de a diferencia es el arte. El planteamiento del arte, es la expresión de diferentes emancipaciones alrededor de los pensamientos, por lo tanto, los mecanismos que se han usado dentro de una generación que piensa diferente dentro de Cuba, van estrechamente ligados a las expresiones artísticas. En lo concreto, hoy podemos ver una ola de expresión del rap, como música underground que se levanta directamente frente al gobierno actual, y la realidad política, económica y social. Una generación salida de los paradigmas militantes se ha levantado, a partir de su voz, su rima y su discurso lírico, teniendo como objetivo principal crear conciencia dentro de una realidad que pocos se atreven a contar. 


En consecuencia con lo dicho anteriormente, Aldo Roberto Rodríguez Baquero (Aldo en adelante) y y Bian Oscar Rodríguez Galá (El B en adelante) significan el reflejo de una nueva era y de la ola del rap dentro de Cuba. El inicio de sus carreras musicales se da desde temprana edad y según han expresado en diferentes entrevistas, se alimenta a partir de las realidades que vivían, y de la cotidianidad dentro de sus familias. Sin embargo, el reconocimiento más allá de La Habana llegó con la conformación del grupo “Los Aldeanos” en el año 2003. “Los Aldeanos” fue una agrupación de rap cubano conformado por Aldo y El B, la cual tuvo una repercusión tanto dentro de Cuba, como internacionalmente. En primer lugar, hablar del impacto con la sociedad cubana, supone una cierta ruptura con los artistas tradicionales e institucionalizados. Fue tanto su impacto, que entrevistas a la sociedad cubana residente en La Habana, recuerda a la agrupación como los primeros que “dicen las cosas que pasan de verdad” y usan la música de manera “contestataria y de protesta” (Pedrito El Paketero, 2020). De igual manera, fueron llamados los “revolucionarios de la revolución” dentro de una entrevista trasmitida por Univisión. Cabe resaltar qué durante su recorrido artístico y musical, el impacto internacional, los llevo a posicionarse como uno de los mejores grupos de rap a nivel de Latinoamérica, ganando así varios premios y reconocimientos, lo que dio pie una agudización del descontento cubano, sobre todo por los años 2007 y 2008; puesto que varias veces les negaron la salida del país para cumplir compromisos artísticos. 


La agrupación siempre se autodefinió con un objetivo en marco de generar conciencia política y social. La censura la vivieron de manera indirecta, pero refleja una censura que se institucionaliza y se normaliza a partir de estructuras judiciales a cualquier tipo de expresión artística que se genera con un discurso al margen del apoyo del gobierno. Al contrario de un discurso proclamado desde el 59, y de facto, el arte como un mecanismo de reproducción social, y de ideología del trabajo de masas; se configura un patronazgo frente al arte, y a su vez, medidas que atentan contra las expresiones de un arte independiente, diverso, de crítica y revolucionario (a la revolución). Lo expresado anteriormente trae como deducción que las identidades ideológicas, y para este caso artísticas “se vieran delineadas de manera bipolar, afianzando la certeza de que existían dos bandos, simétricamente divididos y homogéneamente configurados”  (Rojas, 2006). Y claramente, se iban a dividir dentro del trabajo artístico institucionalizado, frente a los artistas que son considerados como desertores y a su vez como un peligro dentro de la sociedad cubana.


No obstante, ni la censura, ni los obstáculos, ni las críticas fue algo que silenciara la voz de Aldo y El B, siempre se mostraron dentro de sus letras con una lírica directa y clara, y sin ningún tapujo dentro de su realidad. Para citar un ejemplo, la canción “Viva Cuba Libre” (2010) en la que se expresa: 


“Estoy cansado de seguir su plan
“Socialismo o muerte” no es un lema
Son las opciones que te dan
Si crees en ellos eres bueno si discrepas malo
En otro lado fueras opositor aquí eres un gusano
Que alce la mano un cubano sin problema económico
Tener los pies la tierra es un problema ideológico”

Durante todos los años que se mantuvieron como dúo Aldo y El B, atacaron el gobierno, pero esparcieron su discurso para más jóvenes cubanos que ven hasta el día de hoy, el arte, y en específico el rap como una salida a un pensamiento sistematizado. Los aldeanos encontraron encanto de crear y producir música libremente afuera de la isla, por lo tanto, tras varios intentos de abandonar la isla fallidos, para el 2014 ya se encontraban en tierras estadounidenses. Y posterior a esto, se produce una separación del dúo. Sin embargo, sus caminos como solistas, no los llevó a olvidar sus raíces y sus objetivos iniciales. Tanto Aldo como El B se han caracterizado por seguir produciendo contenido con un gran impacto social y político, y movilizar sus letras para la sociedad cubana. 


Por su parte, Aldo ha producido diferentes sencillos musicales que hablan de la realidad cubana desde la conciencia, y ha hecho algunas colaboraciones con cantantes y compositores cubanos que surgieron a partir de la ola del rap. Muchas de sus canciones transmiten la esperanza de ver un cambio dentro de Cuba, para dar un ejemplo, se puede citar una de sus últimas canciones “Yo Canto” (2020): 


“Y yo canto
Por ver a mi Cuba bella libre de espanto
Por todos los que mataste 
Mi voz levanto 
Yo quiero en la cara de mi gente 
Sonrisa y no llanto (…)
El pueblo confió y buscó 
En el gobierno consuelo, 
Mas se les tupio el tragante 
De tanto tomarnos del pelo”

Por otra parte, El B, aunque con menos dinámica musical comercial, también ha mantenido su discurso revolucionario; y dentro de su carrera como solista no ha abandonado las liricas de conciencia. Se puede citar de igual manera, su reciente canción “No Puedes Esconderte” (2020): 

“Educación y salud gratuita en tus manos 
Fueron sutiles, crearon, esclavos, útiles y sanos 
El pensamiento llano, ignorancia titulada 
En disonancia critica, con una estadística inflada, manipulada
Nadie paga por quien padece a causa de mala praxis y profilaxis” 

Es menester hablar sobre la discusión y las críticas que se han generado a partir de la salida de estos de Cuba. El imaginario social de muchas personas, es que no se puede opinar o tener un contenido de este tipo por fuera de la isla. No obstante, las canciones de Aldo y El B han llegado a la isla, incluso desde miles de distancia, y su influencia ha inspirado para que la sociedad civil pueda reflejar la realidad en el arte, e incluso para que muchos de los artistas que se encuentran dentro, alcen sus voces de una manera directa exponiendo su libertad. 


La censura que se ha tenido dentro de Cuba de artistas como ellos, ha sido un impacto histórico para las expresiones que no se encuentran en marco de una institucionalidad. Y la disonancia cultural no se ha quedado callada a pesar de la adversidad. En diferentes ocasiones se han generado articulaciones que expresan las diversas posturas frente a reformas actuales. Verbigracia artistas que hacen parte de la del rap, y que aún se encuentran dentro de la isla, se opusieron de una manera directa al decreto 349 de 2018, el cual, ponía dentro de un marco legal la censura para los artistas cubanos. De esta manera, se encuentra la disonancia cultural que se forma dentro de la sociedad civil. Hablar de la música, del arte y del papel revolucionario que juegan dentro de la isla, habla de lo que tanto le ha faltado al marco gubernamental, una revolución a la revolución. 


Ahora bien, luego de hablar de los alcances buenos y las repercusiones políticas, sociales y culturales que ha tenido la música, para el caso del rap; también hay que hablar de las limitaciones a las que se enfrentan. Todas las expresiones de disonancia de la sociedad civil, se enfrentan a que sus palabras se las lleve el viento. Claro está que hay repercusiones dentro de la misma sociedad, y el descontento se generaliza; sin embargo, muy pocas veces el disgusto se materializa dentro de un cambio palpable dentro del gobierno. Y esto, recae principalmente en que la exposición de demandas no más allá de la queja, puesto que, no se encuentran elementos de oxigenación de las demandas. En términos sistémicos, cuando las demandas llegan al gobierno, se quedan dentro de la caja negra de diálogos, y no logran salir de esta con respuestas, con políticas públicas que nutran el ciclo, y, por ende, no existe la retroalimentación que se genera desde la sociedad civil. 


Las legítimas liricas que se crearon a partir de la ola del rap, y de Aldo y El B como unos de los grandes creadores de este, han trascendido y es como las discusiones sociales llegan a tener más empatía dentro de la sociedad civil. No obstante, “Los Aldeanos” no son a los únicos que hay que atribuirles tal incidencia, puesto que a pesar de las diferentes presiones que surgen, el legado de las voces artísticas es palpable. Esto lo podemos expresar, a través del caso de la banda de punk rock “Porno Para Ricardo”, “la más famosa del mundo por no tocar”, la cual, por su resistencia al gobierno cubano directamente, ha sido blanco de persecuciones y hasta cárcel a su líder Gorki Águila. De modo que, las letras y liricas han causado inspiración a toda una generación que se piensa Cuba diferente, y que, en definitiva, convierten el arte en el revolucionario de la revolución. 


Referencias: 
Pedrito El Paketero. (2020). ¿Qué opinan los cubanos de ALDO Y EL B (LOS ALDEANOS)? https://www.youtube.com/watch?v=Vmm1O7U0Puo


Rojas, R. (2006). Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano. Anagrama.

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