top of page

FORO CUBANO Vol 3, No. 26 – TEMA: EN DEFENSA POR LA DEMOCRACIA –

Cuba ¿un sistema adaptable?

Por: Valentina Bohórquez Polo

Noviembre 2020

Vistas

Dentro de revoluciones, esperanzas y resistencias, el pueblo, en cualquier circunstancia no se amilana; si le imponen cadenas, surge y si lo atrincheran, resiste. La experiencia se gana cuando un pueblo resiste, y que más experiencia, que lucha misma desde los adentros de sus propias raíces como lo ha realizado el pueblo cubano. Cuba significa mitos y leyendas de grandes hazañas de liberación contadas año tras año y generación tras generación. No obstante, luego de una lucha alcanzada y de una liberación de la dictadura de Batista; hoy en día el pueblo resiste bajo un gobierno que se niega a aceptar diferentes maneras de lucha, de acción y de socialización. Pasando así, el descontento a una conmemoración de luchas culturales y sociales diarias. De tal modo, no es más que el significado de las diferencias que se han implementado, lo que hace que la cultura social y cotidiana se desarrolle desde una conciencia política y social. 


Entendiendo de esta manera el sentido de socialización, es claro que, bajo los entes culturales, se desarrolla una forma más cotidiana y normalizada de lo que se pudiera pensar. Claro desde los sistemas sociales que continúan siendo exógenos a un sistema establecido en la isla. Por lo cual, el sistema que desde el imaginario de la Revolución se creó, actualmente está fracturado por la exclusión social, política, intelectual y cultural de sectores del pueblo, dejando así una centralidad que se enmarca desde una burocracia arbitraria y antiguada. No está de más, reconocer que, aunque la revolución trajo un aire nuevo a una isla sumida en un autoritarismo, actualmente la revolución no se ha revolucionado, y los años pasan dejando de un lado un sistema que no reconoce las demandas actuales de un pueblo que se renueva día a día. Por lo cual, exaltar las formas de lucha que ha tenido el pueblo cubano, y la resistencia diaria, es solo la respuesta de un querer profundo por su isla y de una conciencia que se ha implantado desde la experiencia adquirida por sus vidas cotidianas. Sin embargo, aunque bajo los discursos conocemos, que la identidad, acción y expresión de un pueblo, puede estar influenciada por fuerzas extranjeras e intereses enemigos, es imprescindible reconocer una parte de la lucha que da un paso de lado, de estos intereses. 


Para efectos sistémicos, Easton analizaba que “la vida política es un sistema de conducta incorporado a un ambiente a cuyas influencias está expuesto el sistema político mismo, que a su turno reacciona frente a ellas” (Easton, 1971) lo que se incorpora como un conjunto de interacciones mutuas que logran asignar algunos valores a la sociedad. Frente a la explicación misma, de un equilibrio que se tiene que desarrollar para que un sistema pueda protegerse de algunas perturbaciones. De este modo, Easton se imaginaba el sistema político como una caja negra donde se crean diferentes soluciones, las cuales representan una respuesta a los inputs (demandas sociales) y terminan finalmente en outputs (productos, generalmente evidenciadas en políticas públicas). 


-Gráfica 1. Sistema político. 

Fuente: Elaboración propia a partir de la teoría de Easton. 

El anterior esquema nos muestra cómo sería un sistema político abierto y adaptable, en componentes de alta independencia. En tanto, cuando se presenta una demanda social, que entra a un sistema político, y sale siendo una respuesta adaptable y palpable, se genera un feedback, que incita a desarrollar nuevas demandas. En consecuencia, el ciclo que se desarrolla se convierte en opimo y adaptable frente a las mismas demandas sociales. 


Ahora bien, comprendiendo la utopía de un escenario donde nos encontramos en un sistema abierto, adaptable y cíclico; es preciso abordar el sistema que se puede percibir desde la isla. Cuba ha representado una serie de arbitrariedades en los últimos años, que la centralidad o el imaginario del centralismo democrático proclamado desde Lenin, nos deja vacíos, en una burocracia tergiversada desde la teoría. Un sistema político que se compone únicamente por una caja negra, y que le da respuesta, o en efecto, desarrolla outputs, a partir de unas demandas creadas desde la misma caja, y que excluyen de manera inmediata, los elementos extrasociales, como la sociedad civil, pero que a su vez ignora los feedbacks que puedan traer las mismas políticas. En otras palabras, un sistema que se cierra desde la misma composición de caja negra. 


Lo anterior, se evidencia en diversas expresiones y tendencias cotidianas. Verbigracia, frente a establecer o pedir garantías, cambios o incluso oportunidades. Se entiende que la expulsión de pensamientos, es directa, cuando la expresión va más allá de las organizaciones o instituciones gubernamentales, en tanto, las protestas o las ideas quedan marginalizadas por los mismos parámetros establecidos y autolegitimados por el mismo Estado. Volviendo a lo anterior, la revolución se estancó, no se adaptó y se cerró; frente a las demandas de revolucionar la revolución, y las voces que quedan en el viento, cuando no se escucha y se intenta silenciar.


Una de las demandas sociales más notadas en los últimos tiempos, es tener garantías sociales, económicas, políticas, laborales y académicas para la población LGTBIQ, y aun así, el gobierno se resiste a escucharlos, si no es a través del CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual); de igual manera, sucede con las expresiones feministas, que logran hablar y reclamar diferentes garantías, como la tipificación del feminicidio, y aun así, no son escuchadas, si no es a través de la FMC (Federación de Mujeres Cubanas). Lo anterior, pasa con todas las expresiones de la sociedad civil, y denota que en definitiva estas demandas sociales, por una parte, no son tomadas en cuenta, y por otra, que el sistema cubano, genera respuestas sin conocer a su pueblo. 


Esta falla dentro de un sistema político, no es un caso exclusivo de Cuba, incluso, puede pasar en países que se consideren “democráticos”; puesto que hay gobiernos que simplemente toman el poder como una cortina de intereses. No obstante, el caso Cuba, es genuinamente particular, ya que, a estos efectos sistémicos y a la no adaptación, se encuentran maneras directas en las que no se permite expresar demandas. Por consiguiente, el pueblo no se amilana, sino resiste frente a estos esquemas ya descritos.


En este sentido, no se puede ignorar lo que actualmente sacude a Cuba, en una oleada de conciencia política y social: El Movimiento San Isidro. El Movimiento San Isidro se compone por un grupo de artistas y de diversos manifestantes, que llegaron hasta los métodos de huelga de hambre y de sed, para exigir garantías democráticas, libertad de expresión y un freno a la violencia policial en la isla; que inició por la detención del rapero Denis Solis, pero que se extendió a un momento histórico de levantamiento social. En las últimas semanas se han desarrollado diferentes jornadas, en donde su líder (Luis Manuel Otero Alcántara) y varias personas visibles, han sufrido persecuciones, detenciones arbitrarias y violencia directa en las jornadas de manifestaciones. Las demandas del Movimiento San Isidro “son todo lo que la Revolución prometió reivindicar y terminó persiguiendo, cazándolos para ocultarlos” (Álvarez, 2020).  El momento histórico que se vive hoy en Cuba, son las voces, y las demandas de un pueblo que busca alternativas diferentes y que tiene claro que: “La ciudadanía también tiene que educar al gobierno en que hay otras formas de hacer las cosas y el gobierno tiene que empezar a experimentar a ver qué funciona y qué no” (Lima, 2020).


Ciertamente, Cuba no cambiará de la noche a la mañana, ni la revolución se adaptará, ni se revolucionará en un abrir y cerrar de ojos. Empero, se debe exaltar las formas de resistencia que ha tenido el pueblo cubano, a pesar de que su sistema no se habrá para aquellas demandas sociales, y que cree soluciones que no corresponden a lo que se está viviendo. En reflexión, el poder no se puede convertir en gobernar para un imaginario, marginalizando al pueblo; el gobierno debe responder al pueblo. Expresiones como El Movimiento San Isidro, son las que actualmente revolucionan conciencias, y sueñan con una Cuba que escuche a su pueblo; con la mirada puesta en romper cadenas, y poder conocer una isla diferente, diversa, incluyente y con una igualdad que no se quede en utopías y discursos. 

Referencias


Álvarez, C. M. (2020, noviembre 30). Los artistas del hambre: Relato del desalojo de una protesta en Cuba. EL PAÍS. https://elpais.com/internacional/2020-11-30/los-artistas-del-hambre-relato-del-desalojo-de-una-protesta-en-cuba.html


Easton, D. (1971). The Political System: An Inquiry Into the State of Political Science. Knopf.


Lima, L. (2020). Los cubanos salieron a protestar, están perdiendo el miedo y eso ya no hay quien lo pare. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-55112755

bottom of page