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FORO CUBANO Vol 6, No. 66 – TEMA:  PROTESTAS EN CONTEXTOS AUTORITARIOS

Corea del Sur a finales de los años 70: Entre la opresión y el anhelo de democracia 

Por:  María José Benavides Bernal  
Abril y mayo 2024

Introducción

El Levantamiento de Gwangju, también conocido como la Masacre de Gwangju, fue un levantamiento popular en Corea del Sur que tuvo lugar del 18 al 27 de mayo de 1980. Comenzó como una protesta estudiantil contra el gobierno autoritario del general Chun Doo-hwan, y las manifestaciones fueron violentamente reprimidas por las fuerzas gubernamentales, resultando en la muerte de cientos de personas. A finales de la década de 1970, Corea del Sur se encontraba en una encrucijada histórica. Por un lado, el país experimentaba un rápido crecimiento económico bajo el gobierno autoritario del presidente Park Chung-hee, basado en una estricta planificación centralizada, la industrialización a gran escala y la represión de las libertades civiles. Sin embargo, este "milagro económico" tuvo un alto costo social, ya que la desigualdad social creció desmesuradamente, la clase obrera fue sometida a duras condiciones laborales y la disidencia política fue brutalmente reprimida. 

Desarrollo del conflicto

La tensión social estalló en 1979 con el asesinato del presidente Park. Este hecho desencadenó la Primavera Democrática de Gwangju, un levantamiento popular que fue duramente reprimido por el gobierno. La ciudad de Gwangju se convirtió en el epicentro de la resistencia. Miles de ciudadanos, cansados de la tiranía, alzaron su voz en protesta contra el golpe de estado y exigieron a gritos democracia. Las calles se llenaron de manifestantes que reclamaban un futuro libre y justo. Pero la respuesta del gobierno fue brutal, ya que, las fuerzas de seguridad, bajo las órdenes del general Chun, abrieron fuego contra los manifestantes desarmados, convirtiendo las calles de Gwangju en un escenario de violencia y represión. 

Las estimaciones oficiales del gobierno surcoreano en la época sitúan el número de muertos en 165, mientras que las estimaciones no oficiales varían entre 1.000 y 2.000. Miles de personas resultaron heridas. Tras el levantamiento, 1.394 personas fueron arrestadas en relación con el incidente y 427 fueron acusadas formalmente. 7 personas fueron condenadas a muerte y 12 a cadena perpetua. 

La ciudad fue sometida a un estado de sitio, con censura impuesta y un ambiente de terror que buscaba silenciar cualquier disidencia. Sin embargo, el espíritu del Levantamiento de Gwangju no pudo ser apagado. Además, el legado de este levantamiento popular es imborrable. Se convirtió en un símbolo de la lucha por la democracia y la justicia social en Corea del Sur. Cada año, miles de personas se reúnen en Gwangju para conmemorar la memoria de las víctimas y exigir que se haga justicia. 

A pesar de la brutal represión, el Levantamiento de Gwangju es considerado un punto de inflexión en la lucha por la democracia en Corea del Sur. Las protestas reavivaron el movimiento democrático en el país y contribuyeron a la transición a la democracia en la década de 1980, dándose un continuó crecimiento en la sociedad surcoreana, pues en 1987, pues tras años de protestas y movilizaciones, el gobierno se vió obligado a realizar elecciones democráticas. 

La transición a la democracia no fue fácil, puesto que el nuevo gobierno tuvo que enfrentar desafíos como la corrupción, la influencia de los grandes conglomerados empresariales (chaebols) y las tensiones con Corea del Norte. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, Corea del Sur ha logrado consolidar su democracia y se ha convertido en una economía desarrollada y una potencia regional.  

El levantamiento es un símbolo de la lucha por la democracia y la justicia social en Corea del Sur y se conmemora cada año como un recordatorio de las víctimas de la represión y la importancia de defender la democracia. Es un ejemplo del poder del pueblo para desafiar la opresión y exigir un cambio. 

Legado y memoria

 

Para 1997, el presidente Kim Dae-jung, el primer líder democráticamente elegido de Corea del Sur, ofreció una disculpa oficial a las víctimas del levantamiento y estableció una comisión para investigar los hechos. Posteriormente, en el 2000 la comisión concluyó que el gobierno había usado fuerza excesiva y que las muertes habían sido injustificadas. Y recientemente, en el 2019, el presidente Moon Jae-in otorgó el perdón presidencial póstumo a los líderes del levantamiento y designó el 18 de mayo como un día festivo nacional para conmemorar el evento. 

Teniendo en cuenta las fechas anteriormente mencionadas se dan las conmemoraciones anuales del levantamiento, pues: 

  • El 18 de mayo, es el día de la Democracia en Corea del Sur, y se celebra con ceremonias oficiales y eventos conmemorativos en todo el país. 

  • En Gwangju se creó el Museo Memorial del 5.18 y el Parque Nacional del 5.18, pues estos tienen como objetivo conmemorar las víctimas del levantamiento y a la historia del movimiento democrático en Corea del Sur. 

  • Se desarrolla el Festival de Cine de Gwangju, un festival de cine anual que presenta películas sobre el levantamiento y otros temas relacionados con la democracia y los derechos humanos. 

Conclusión 

El Levantamiento de Gwangju, nos ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de defender los derechos y libertades democráticas. Este evento trágico, pero inspirador, nos recuerda que la democracia no es un regalo, sino que es algo que debe conquistarse y defenderse con valentía y determinación. No debemos olvidar que el Levantamiento de Gwangju demostró el poder del pueblo para desafiar la opresión y exigir un cambio. Miles de ciudadanos comunes se unieron para protestar contra un régimen autoritario, incluso a costa de sus propias vidas. 

Este levantamiento fue un grito por la democracia, un llamado a un sistema de gobierno que respetara los derechos humanos y las libertades fundamentales. Las personas que participaron en el levantamiento comprendieron que la democracia era esencial para un futuro mejor. Además de que nos enseña que la resistencia contra la opresión es necesaria para lograr el cambio. Incluso cuando las probabilidades parecen estar en contra, es importante no rendirse y seguir luchando por lo que es correcto. Y es crucial recordar eventos como el Levantamiento de Gwangju para que las generaciones futuras puedan aprender de ellos y continuar la lucha por la democracia y la justicia social. 

La historia de Corea del Sur a finales de los años 70 es una historia de opresión, lucha y esperanza. Es un recordatorio de que la democracia es un proceso continuo que requiere participación activa de la sociedad. La democracia no es un regalo, sino que es algo que debe conquistarse y defenderse constantemente. 

Para finalizar, es crucial destacar las acciones que se pueden emprender para defender la democracia. Primero, es esencial informarse sobre los acontecimientos políticos y sociales que afectan nuestros derechos y libertades. Segundo, participar activamente en el proceso democrático mediante el voto en las elecciones, la participación en protestas pacíficas y la comunicación con nuestros representantes electos. Además, es importante defender los derechos de los demás, incluso de aquellos con quienes no estamos de acuerdo. Finalmente, debemos exigir rendición de cuentas a nuestros líderes, asegurándonos de que actúen en nuestro mejor interés. 

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