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Colores sin Benetton, pero a ritmo de reguetón
Biblioteca digital: economía y sociedad

Colores sin Benetton, pero a ritmo de reguetón

Resumen: Hace varias décadas que Nicolás Guillén habló de un color cubano que él esperaba trascendería las categorías tradicionales que arrastraban la lastimosa historia de esclavitud, exclusión y evasión que todavía permean las perspectivas raciales en Cuba. Hace un mes, cuando acompañaba a doce estudiantes míos por la provincia y la ciudad de Matanzas, le manifesté al guía mi interés en ir a Jovellanos.


Me miró perplejo y dijo: «¿Por qué quieres ir allí si lo único que hay es una pila de negros?». Sin entrar en confrontación, le expliqué que quería que mis estudiantes conocieran pueblos más pequeños y, entre ellos, poblaciones que formaban parte del acervo cultural afro de la Isla. Fue una parada breve pero memorable, donde junto a una alumna mía y un amigo profesor caminamos por una calle principal y, entre otras cosas, vimos una exhibición de esculturas de un artista afrocubano de allí, además de conseguir un libro sobre la ilustre santera Fermina Gómez y, para mayor goce, los cuatro tomos del Diccionario enciclopédico de la música en Cuba, de Radamés Giro, que todos dsaban por agotado. ¡Vaya, y esto en un pueblo supuestamente «sin cultura»! Parece que Elegguá le jugó una broma —bien merecida— al guía, y a mí me condujo a esos encuentros sorpresivos después de conocer en la calle a un joven iyawó, hijo de Changó. 

Año: 2009

Como citar: West, A. (2009).

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