La libertad académica permite el intercambio de ideas y pensamientos, es el espacio donde, tanto estudiantes como docentes, debaten respecto a temas que son relevantes para la sociedad; la protección de este tipo de libertades no solo garantiza una variada gama de investigaciones, sino que fortalece el pensamiento crítico en los centros de estudio y los procesos democráticos de los países. 

Es importante destacar que, dentro de los escenarios de protesta suscitados en los distintos países, los espacios académicos juegan un papel fundamental para crear opiniones, tanto a favor como en contra, de las normas, acciones y actividades de los gobiernos; por ello, en los países en democracia, cuando la sociedad decide iniciar un paro o protesta, se cita a representantes del sector estudiantil y profesoral para negociar posibles salidas a las situaciones generadas.

Pero en países con contextos dictatoriales, se evidencia que las acciones del establecimiento hacia la academia en escenarios de protesta, suelen ser violentos y de una alta segregación ideológica, pues ven a los intelectuales, estudiantes y docentes como enemigos del orden establecido; por tal motivo, las acciones que se toman contra ellos, suelen ser altamente represivas, de marginación y de persecución.

Un año que sacudió Latinoamérica.

Sin duda, un año que marcó la historia reciente de Latinoamérica fue el 2019, pues se presentaron distintas protestas, reprimidas con dureza por los gobiernos; por ejemplo, algunas de ellas fueron las vividas en Colombia, en rechazo a las políticas económicas y sociales del entonces presidente Duque; en Chile, donde se exigía un cambio constitucional y un bajón a los precios del transporte; en Ecuador y Brasil, en oposición a las reformas económicas y políticas del gobierno; en México, donde se exigía mejoras en la seguridad y un freno a la violencia; en Nicaragua, pidiendo un alto a las acciones de Daniel Ortega y en Venezuela, donde los ciudadanos quedaron inmersos en la ya conocida crisis de gobernabilidad, entre otros países (Merino, 2020).

Las anteriores protestas tienen algo en común, tuvieron una gran cobertura de medios y una amplia difusión en redes sociales, donde se compartía en tiempo real lo que sucedía en cada una de las naciones; esto permitió que: primero, la represión por parte de algunos agentes de la fuerza pública contra la población civil fuera visible, como en el caso colombiano; segundo, que las demandas sociales fueran tenidas en cuenta; y tercero, que las demás naciones se pronunciaran solicitando un acuerdo entre los manifestantes y los gobiernos. 

Tal fue el impacto de lo vivido durante 2019, que algunos medios indicaron en sus titulares que estábamos viviendo nuestra primavera latinoamericana, por lo menos así lo titulaba en su momento CNN: “¿Primavera Latinoamericana? 2019, un año de protestas en la región” (22 de noviembre de 2019), haciendo una comparación con la ya conocida primavera árabe; sin embargo, en medio de la gran cobertura de medios, olvidaron las protestas suscitadas en Cuba durante ese mismo año, donde se presentó un escenario hostil y de represión hacia sus ciudadanos, especialmente contra académicos y artistas.

Cuba, también tuvo su primavera.

Dentro de los escenarios de protesta en Cuba, hay dos momentos contemporáneos que se resaltan; el primero de ellos es el sucedido en 2019, debido a la represión académica, donde se visibilizó la expulsión por motivos ideológicos de docentes y estudiantes de las universidades cubanas; donde miembros del gobierno como el ministro y la viceministra de educación superior, dejaron en claro su posición respecto a las formas en las que se deben comportar los profesores en las universidades y compromiso con la causa revolucionaria (Gallegos, 2020), lo que permitió evidenciar que la persecución y discriminación académica, por motivos ideológicos, es una política de Estado.

El segundo momento de manifestaciones en la isla sería el 2021, teniendo como punto de quiebre el 11 de julio, ese día iniciaría un ciclo de protestas inusuales en Cuba, pero con un origen claro: el hastío de la sociedad civil hacia la represión del gobierno, la crisis alimentaria y económica generada por el Covid-19, los constantes apagones de la electricidad, entre otros motivos (Amnistía Internacional, 2022).

Si bien la protesta tuvo un origen espontáneo y ciudadano, fue reprimida con dureza por los agentes de la dictadura, utilizando las detenciones ilegales y la persecución contra sus ciudadanos, como principales métodos para detener las manifestaciones, destacándose la detención y posterior sentencia de los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo quienes recibieron una pena de 5 y 9 años de cárcel (Infobae, 24 de junio de 2022) por visibilizar, a través del arte, su descontento con las decisiones de la dictadura y hacer parte del movimiento San Isidro.

Información suministrada por ONG´s a medios de comunicación como Infobae (11 de julio de 2022), señalan que alrededor de 1.484 personas fueron arrestadas, 488 condenadas y para la fecha de la publicación 700 seguían privadas de la libertad; si bien no hay datos oficiales, medios como DW (Muñoz, 09 de febrero de 2022), indican que 55 de los detenidos eran menores de edad entre 16 y 18 años, para el momento en el que ocurrieron las manifestaciones y sus detenciones.  

Reflexiones finales.

El escenario de protestas iniciado en 2019 en Latinoamérica, permitió evidenciar el comportamiento autoritario de algunos mandatarios, tanto en países democráticos, como no democráticos, cada uno de ellos con modos de vulneración de derechos distintos; tal situación se vio agravada después de la crisis del 2020 generada por el Covid-19.

Es importante llevar a la agenda investigativa la situación generada en Cuba en 2019 y 2021, pues evidencia el descontento ciudadano contra el régimen, la vulneración a la libertad académica y de pensamiento en los centros académicos, así como las actuaciones represivas del gobierno.   

Finalmente, en la actualidad, Latinoamérica vive un momento de debilitamiento de la democracia, lo que ha ocasionado que sus ciudadanos cada vez estén más hastiados de los modelos políticos establecidos y busquen soluciones en actores que una vez en el poder, reducen los derechos civiles brindando un imaginario de seguridad ciudadana y una aparente lucha contra la corrupción.

Referencias.
Amnistía Internacional. (2022, julio 11). Cinco cosas que debes saber a un año del 11J en Cuba. Amnistía Internacional. https://www.amnesty.org/es/latest/news/2022/07/five-things-you-should-know-cubas-11-july-protests/

CNN. (2019, noviembre 22). ¿Primavera Latinoamericana? 2019, un año de protestas en la región. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2019/11/22/primavera-latinoamericana-2019-un-ano-de-protestas-en-la-region/

Gallego, J. (2020). Contra la discriminación ideológica en las universidades cubanas: Memorias de una protesta ciudadana en la red. Universidad Sergio Arboleda.

Infobae. (2022, junio 24). La dictadura cubana condenó a los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo a 5 y 9 años de cárcel respectivamente. Infobae. https://www.infobae.com/america/america-latina/2022/06/24/la-dictadura-cubana-condeno-a-los-artistas-luis-manuel-otero-alcantara-y-maykel-castillo-a-5-y-9-anos-de-carcel-respectivamente/

Infobae. (2022, julio 11). Más de 1400 arrestos, 488 condenas y 700 personas aún en la cárcel: A un año de las masivas protestas del 11J en Cuba. Infobae. Recuperado 12 de febrero de 2023, de https://www.infobae.com/america/america-latina/2022/07/11/mas-de-1400-arrestos-488-condenas-y-700-personas-aun-en-la-carcel-a-un-ano-de-las-masivas-protestas-del-11j-en-cuba/

Merino, Á. (2020, abril 2). Las protestas en América Latina en 2019. El Orden Mundial. https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/protestas-en-america-latina-2019/
Muñoz, R. (2022, febrero 09). Los «niños presos políticos» tras las protestas del 11J en Cuba. DW. Recuperado 12 de febrero de 2023, de https://www.dw.com/es/los-ni%C3%B1os-presos-pol%C3%ADticos-tras-las-protestas-del-11j-en-cuba/a-60709978